Exterior del edificio principal del CTAG
Exterior del edificio principal del CTAG - CTAG
Automoción

Tecnología de vanguardia con firma de las Rías Baixas

El Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia (CTAG) lleva más de una década trabajando en el campo del vehículo inteligente, consciente de que el camino hacia su desarrollo es una «realidad imparable»

Ahora le pone la marca gallega al primer coche que ha sido capaz de completar con funciones de conducción autónoma el viaje de Vigo a Madrid

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Hacer que la conducción automatizada suponga una experiencia atractiva y confortable, maximizando la seguridad y eficiencia, es la aportación de la marca Galicia al vehículo inteligente con mayor proyección de Europa. Tecnología de vanguardia que lleva firma de las Rías Baixas en las siglas del CTAG. Aliado de PSA Peugeot Citroën en el desarrollo del primer vehículo con funciones de conducción autónomas, capaz de completar los 599 kilómetros que separan Vigo de Madrid, el Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia lleva más de una década investigando en este campo.

La fusión de datos de diferentes sensores y la percepción del entorno del vehículo, el desarrollo de funciones automatizadas, sistemas de actuación para el control longitudinal y lateral, de comunicación cooperativa, de interfaz y herramientas de metodologías de ensayo y validación son algunas de las líneas tecnológicas asociadas a la conducción automatizada en las que se trabaja desde el Centro de Electrónica de Vehículos Inteligentes.

El edificio, uno de los tres que componen este centro de referencia internacional, arrancaba su actividad en 2014 y desde sus instalaciones se plantea un desarrollo integral de soluciones innovadoras en el ámbito de los sistemas de ayuda a la conducción, conectividad, propulsión, infraestructuras inteligentes o los nuevos conceptos HMI (Human Machine Interface en sus siglas en inglés). Y es precisamente en este último campo y el factor humano en el que se centra su colaboración con la automovilística francesa en el desarrollo de la tecnología del «coche sin conductor»; rediseñar el puesto de conducción y el interfaz entre el vehículo y el usuario. Una colaboración a largo plazo en la que se investigan y desarrollan Sistemas Inteligentes de Transporte que podrán ser aplicados en las futuras generaciones de vehículos automatizados.

PSA Peugeot Citroën espera comercializar las primeras unidades del «coche sin conductor» en 2018

«Una realidad imparable», señalan fuentes del centro, en la que están embarcados todos los constructores de vehículos, «por las grandes ventajas que va a aportar a la mejora de la seguridad, al confort de la conducción y a la eficiencia del tráfico».

El prototipo, uno de los cuatro que maneja la automovilística francesa y que prevé comercializar a partir de 2018, ofrece una visión clara de cómo serán las primeras etapas del vehículo inteligente, «un paso lógico y adicional en la mejora de la seguridad y el confort, que se introducirá de manera progresiva ampliando de forma ordenada los escenarios de uso y los niveles de automatización», indican desde el CTAG. La tecnología de este vehículo detecta obstáculos, define el recorrido y regula la velocidad a través de los sensores, radares y escáneres con los que está equipado.

Buena parte de esta tecnología se utiliza ya en los vehículos actuales, de ahí que la premisa sea que el desarrollo adicional no suponga un coste extra o éste sea muy pequeño sobre el precio actual, de modo que todos los turismos puedan incorporar este tipo de funcionalidad y no solo los de alta gama. En este sentido, se presenta clave considerar desde el primer momento el proceso de industrialización para optimizar los costes de producción asociados al mismo.

Coche autónomo de la firma Citroën
Coche autónomo de la firma Citroën - EFE

Dentro del CTAG

Inaugurado en 2002, como iniciativa de las empresas del sector de automoción para contribuir al fortalecimiento de su competitividad, el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia alberga en sus instalaciones sobre 36.000 metros cuadrados de terreno en el polígono porriñés de A Granxa, el equipamiento de investigación más puntero. De ahí que no sorprendan las fuertes medidas de seguridad que blindan sus tres edificios ante cualquier injerencia exterior.

Un laberinto para el visitante que Carlos Abellás Rosende, director de Desarrollo de Negocio, hace accesible para ABC. Comienza el recorrido en el edificio principal en el que se localizan las áreas de ingeniería producto-proceso, laboratorios de ensayos, consultoría tecnológica y otros servicios generales, unido por una pasarela a una segunda edificación en la que se encuentran las instalaciones de seguridad pasiva.

Antes de hacer los ensayos en el laboratorio se hacen recreaciones virtuales. Se trata de modelos matemáticos de la realidad, explica el responsable de negocio del CTAG, que definen a través de unas ecuaciones predeterminadas cómo se comportan los sistemas de ensayo. El centro cuenta con una familia de dummies para el desarrollo de los proyectos de protección de ocupantes así como con un laboratorio acondicionado para la calibración de estos in situ. Entre otros medios, dispone de una catapulta inversa que permite reproducir las cinemáticas y aceleraciones que se producen mediante un choque, tanto frontal como lateral y posterior; lanzador universal hidráulico MTS para realizar ensayos de impacto sobre componentes; péndulo SAE sobre asientos y componentes del interior del vehículo; y una torre de caída, con la que miden el impacto de diferentes elementos sobre componentes mediante la aceleración de la gravedad. Entre las líneas propias cabe destacar el choque trasero a baja velocidad (Whiplash Euro NCAP).

En la división de ingeniería de ensayos, máquinas de medición tridimensional para realizar controles de piezas, verificación de utillajes de producción y estudios de capacidad y laboratorios específicos sobre componentes y piezas de todo tipo de materiales, comparten espacio en una infraestructura que cuenta con cámaras climáticas y de resistencia en las que se realizan pruebas de temperatura, estudios de estabilidad, durabilidad o degradación y se desarrollan nuevos materiales para el sector de la automoción. «Se reproducen en poco tiempo 15 años en el coche con ensayos de envejecimiento acelerado», explica Abellás Rosende.

Ya cruzando los jardines y colindando con la pista de pruebas para los vehículos automatizados, el Centro de Electrónica para Vehículos Inteligentes completa el recorrido. Unas instalaciones de vanguardia en las que se reparten siete laboratorios (ADAS, conectividad, compatibilidad electromagnética, electromovilidad, volumen y forma, tecnologías HMI y realidad aumentada y hardware); prototipos de investigación; un corredor inteligente de comunicaciones cooperativas; áreas de diseño electrónico y prototipos y de nuevos conceptos; una sala de desarrollo de sistemas; y un simulador de conducción.

El prototipo es uno de los cuatro que maneja la compañía gala
El prototipo es uno de los cuatro que maneja la compañía gala - EFE

Innovaciones tecnológicas

El CTAG no solo ofrece una amplia gama de servicios, sino que también asesora en I+D+i a las empresas del sector y lidera innovaciones tecnológicas para la introducción de nuevos materiales más ligeros, más verdes y más inteligentes; para el desarrollo de nuevos métodos de ensayo para componentes y vehículos; y para los sistemas avanzados de fabricación enfocados a la denominada industria 4.0.

Con una plantilla de 400 trabajadores, en la que el 70 por ciento son ingenieros y doctores, el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia factura alrededor de 22 millones de euros anuales, con un 60 por ciento de sus ventas fuera de España. Los principales países de destino son Francia y Alemania.

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