Martínez, antes de su comparecencia pública
Martínez, antes de su comparecencia pública - EFE

Los socialistas inician los trámites para expulsar al «díscolo» Martínez

El alcalde de Becerreá acusa a Gómez Besteiro de barruntar su caída desde la constitución de la corporación

Santiago Actualizado: Guardar
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El grupo provincial socialista de la Diputación de Lugo oficializó, tan solo una hora después de la comparecencia del alcalde de Becerreá en la Casa del Pueblo de la calle Salmón de Lugo, el inicio de los trámites de expulsión del veterano militante del grupo de diputados socialistas que auparon, junto a los nacionalistas del BNG, a Darío Campos a la Presidencia de la Diputación de Lugo. El presidente Campos exclamó: «¡Decidí que ya no puedo más y hasta aquí!», y su hartazgo fue secundado por los diez diputados del PSdeG que cerraron filas en torno a su nuevo presidente y al líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro. No faltaron los detalles, pero la contundencia llegó de la mano del portavoz del grupo, Álvaro Santos, quien acusó a Martínez de «traicionar hasta en cuatro ocasiones a sus compañeros de partido».

Sin embargo, y aunque el epílogo en la intensa tarde vivida en la sede socialista de Lugo lo puso la dirección del grupo, Martínez se asomó una hora antes para compartir su «historia» y la génesis de su deserción. Comenzó pidiendo disculpas por estar «en silencio» y situó su decisión de formar parte del gobierno en un pacto alcanzado en Nadela el 21 de agosto «suscrito por todos los diputados provinciales y que contó con la presencia de una veintena de alcaldes». El último documento recogía los mínimos exigidos por Martínez. Previamente había entregado otro con 50 puntos «a los que renuncié porque la negociación parte de máximos». Y de ahí se quedó con la promesa del actual presidente de «lo tuyo está cerrado con el Bloque». El diputado «díscolo» reconoció que se había producido un itinerario de ofertas y contraofertas y reuniones que acabaron de diferente manera, pero finalmente decidió retroceder y quedarse con lo que le ofrecieron «por lealtad y amistad a los alcaldes de Navia y Xermade».

Pero nada salió como estaba previsto. Una vez que facilita la elección de Campos se encuentra con la cesión ante los nacionalistas. La nueva «afrenta» la personifica en la figura de Campos. Directamente proclamó: «Me engañó cuatro veces, el 24 de junio, en agosto dos veces y en noviembre una vez». Y otras tantas «me pidió perdón». Esta última circunstancia fue reconocida por el presidente de la Diputación una hora más tarde: «Claro que le pedí perdón, hombre Martínez fue amigo. Bueno, espero que siga siendo amigo».

La descarga de Martínez contra los culpables de su sacrificio político estuvo plagada de referencias concretas y otras más genéricas. A preguntas de los periodistas se refirió al secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro. Sobre el líder aseguró: «Gómez Besteiro no estuvo a la altura de las circunstancias» y evitó mayores concreciones. Eso sí, en un determinado momento, aseguró que «Besteiro barruntaba que el Bloque no aceptaría mí candidatura», pero siguió adelante y solo a nivel informal «porque no lo tengo acreditado», se refirió a una «tercera vía» prevista desde el principio para colocar a un diputado del partido judicial de Láncara, que sería el tapado. En todo caso, Martínez confirmó a ABC que desde «el 24 de junio al 3 de noviembre no he hablado con el secretario general».

El veterano militante socialista aprovechó su comparecencia para renovar su lealtad formal hacia las capacidades de Besteiro para presidir la Xunta y salió en su auxilio para tildar la imputación del secretario general de «política», aunque añadió: «Hay una cosa más oscura que otra». La dualidad del diputado al proclamar su fe en el partido contrastó con las críticas a la organización y a sus dirigentes. Sin titubear añadió: «El PSdeG empieza a no parecerse a un partido» y aludió a un «listón cada vez más bajo» para acceder a la dirección del partido.

En el recorrido que realizó por las figuras emergentes y cesantes del PSdeG, se refirió con afecto al exsecretario provincial José Carlos González Santín, sobre el que dijo que «tenía dolor de conciencia» por cómo el partido se había portado con él y estableció un paralelismo con su situación porque «lo que me duele es que mi partido me engañe tantas veces». Martínez también anunció su intención de «continuar militando en el PSdeG», pero avanzó que no votará «ninguna de las iniciativas planteadas por el BNG» y reiteró su vocación de continuar trabajando para hacer realidad el proyecto socialista.

«Tránsfuga»

Tras las explicaciones de Martínez, la mayoría del grupo acudió a la sede a defenderse. No dieron tregua al alegato de Martínez y el portavoz del grupo, Álvaro Santos, leyó una especie de decálogo con la cronología de los hechos. Santos trató de exhibir las contradicciones del alcalde de Becerreá e incluso hizo publica una declaración del diputado en la que mostraba su determinación de no ser «un problema» para la negociación con el Bloque.

A renglón seguido el portavoz sacó a relucir «las traiciones» del diputado. Especialmente molestos se mostraron con su voto a las enmiendas propuestas por el PPdeG para la organización de la Diputación y establecieron una alianza entre el Partido Popular de Lugo y el diputado disidente. De tal modo que decidieron, además de «iniciar los trámites para su expulsión», dar «cuenta a la Comisión Antitransfuguismo para la resolución de los hechos de los últimos días».

La comparecencia concluyó con la proclama del presidente de que a partir de «este momento» se van a centrar en el desarrollo de un programa de gobierno y en «dar continuidad a las transformaciones emprendidas en los últimos años». Campos no quiere volver a oír hablar de Martínez.

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