Sánchez y Caballero, ayer en el mitin de Vigo
Sánchez y Caballero, ayer en el mitin de Vigo - EFE
Generales 26-J

Sánchez se suma a Caballero en su ataque a las Mareas gallegas

El candidato socialista enmendó ayer el tono conciliador de Cancela con el populismo

Pontevedra/Vigo Actualizado: Guardar
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Pese a la media hora de retraso con la que los socialistas iniciaron ayer su acto central de campaña en la ciudad de Vigo, la pasión con la que arrancó la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, no defraudó a un auditorio entregado al «cambio» y al «sí» que defienden los socialistas. Cortas se quedaron las 900 sillas previstas y pronto se desató la euforia, tras el minuto de silencio dedicado a la diputada laborista británica que fue asesinada ayer en Yorkshire. Si bien, el entusiasmo demostrado por la número dos del gobierno vigués confrontó con un candidato a la presidencia de la Xunta, Xoaquín Fernández Leiceaga, con especial perfil bajo, sabedor quizás de encontrarse entre quienes no le apoyaron en las primarias, volcados los socialistas de Pontevedra con su adversario, José Luis Méndez Romeu.

En la única provincia en la que el barómetro del CIS vaticina cambios con respecto a los comicios del pasado mes de diciembre —pues el PSOE cedería un escaño a favor de En Marea— Pedro Sánchez hacía ayer una contrarreloj que le llevó por la mañana a Pontevedra, después a Vilargacía y de ahí a Vigo. En ambas localizaciones el candidato socialista recurrió al recurso fácil de Ence para arremeter contra la «sucursal» de Podemos en Galicia. Así, recordó que en su discurso de investidura prometió no solo revisar la prórroga, concedida por el Gobierno de Mariano Rajoy, sino limpiar la ría de Pontevedra, «y En Marea antepuso los intereses de Iglesias a los de Galicia votando en contra de un gobierno socialista».

En Marea se convertía así en el objetivo del verbo más afilado de todos los intervinientes, incluido el propio Sánchez, en la urbe olívica, enmendando así la actitud conciliadora de la presidenta de la gestora del PSdeG, Pilar Cancela. A Podemos y a sus distintas «filiales» se les llegó a calificar de «chaqueteros y populistas», «porque un día son comunistas, otro anticapitalistas y otro ni de izquierdas ni de derechas», se les escuchó decir al candidato Sánchez, Leicega y Caballero.

Pedro Sánchez se notaba cómodo en la ciudad en la que su partido logró uno de los mejores resultados el pasado mes de mayo, extremo que se encargó de realzar un exultante alcalde de Vigo y presidente de la Femp que señaló a Sánchez el «camino del 17-7-3», en clara referencia a los resultados que cosechó en las municipales. Porque, tal y como dijo Abel Caballero, «el cambio comenzó aquí y culminará con Pedro Sánchez en la presidencia».

«No quieren que gobernemos [PP y Podemos]», señaló Caballero dirigiéndose a Sánchez para evitar que demostremos una vez que hay otra forma de gobernar, «con pasión, con fuerza y pensando en la gente», arengó. Y Sánchez dio la puntilla al tender la mano a los votantes «defraudados» con Podemos, a los que aseguró: «No os vamos a fallar» y pidió votar con «sentidiño».

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