26-M

Ribeira, o cuando la traición viene de un viejo conocido

En la capital del Barbanza, histórico feudo, el PP no batalla contra Cs y Vox, sino contra José Luis Torres Colomer

Ruíz RIvas, izquierda, con Pablo Casado y Núñez Feijóo, este domingo en Ribeira

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Si hay una villa donde el PP gallego lucha contra sus propios fantasmas , contra traiciones y deslealtades internas, esa es Ribeira, uno de sus históricos feudos municipales, donde gobierna desde tiempo inmemorial. Curiosamente, su rival no viste de naranja ni cabalga sobre corcel alguno, ni tan siquiera aparece en los carteles electorales que pueblan la capital del Barbanza.

Porque José Luis Torres Colomer , que lo fue todo en el PP de Ribeira, no se presenta a estas elecciones, pero todo el mundo en el concello sabe que es quien está detrás del Partido del Barbanza Independiente (PBBI) , la principal amenaza de Manuel Ruíz Rivas para revalidar la alcaldía. Conscientes de lo simbólico de la plaza, Pablo Casado y Alberto Núñez Feijóo arroparon ayer al regidor y candidato, en un discurso de marcadísima clave local y una consigna clara: no hay dos PP en Ribeira, sino solo uno encabezado por Ruíz Rivas. «Manolo Ruíz nos trae de teloneros», bromeó el presidente de la Xunta, «dijo que teníamos que venir Casado y yo a apoyar al mejor candidato y el mejor alcalde de Ribeira». Ovación cerrada de los fieles.

Torres fue cuanto quiso en su pueblo. Alcalde durante veinte años, presidente de la Diputación de La Coruña durante un mandato, y para facilitar que dejara paso a aire fresco en el Concello en 2011, el PP le propuso para el Senado, Cámara en la que estuvo legislatura y media, hasta 2015. Tenía 73 años. El partido consideraba que las deudas estaban pagadas. En teoría, su relevo en Ribeira era uno de los suyos, un Manuel Ruíz que había formado parte de su equipo al tiempo que ejercía de diputado en el Parlamento gallego. Pero el exalcalde, que veía desvanecerse su ascendente sobre su sucesor, empezó su trabajo de zapa contra los suyos auspiciando primero la candidatura de Ciudadanos en 2015, que le hurtó al PP la mayoría absoluta por unos pocos votos.

Ahora, con este PBBI sí tiene visos de peligro real para la hegemonía popular, al convertir estas elecciones en una suerte de primarias de la derecha en Ribeira, los del antiguo PP de Torres —no en vano en la lista hay varios exconcejales populares y el anterior cabeza de lista de Ciudadanos— contra los del PP de Manuel Ruíz. Feijóo ayer terció en este deturpado debate: «Que no os engañen, que no nos digan que votar otros partidos es para que gobierne el PP; aquí en Ribeira el alcalde del PP es Manolo Ruíz, y nosotros queremos que lo siga siendo» .

El innombrable

Nadie nombra a Torres en sus intervenciones . Incluso cuando Ruíz Rivas recuerda el trabajo de sus antecesores en el cargo y cita a Ricardo Pérez Queiruga o el socialista Ventoso Mariño. Sobre su antecesor, el olvido, el silencio, casi el desprecio. «Aquí no están los de la crispación», proclama para solaz del medio millar de simpatizantes que abarrotan la carpa del mitin, «porque con el rencor no se pueden hacer cosas». Subyace el reproche, el ajuste de cuentas que en el pasado se pensaba y no se expresaba.

Apenas hay crítica encubierta a quienes se cambiaron de chaqueta no por unos colores, sino al son que marca Torres. El PP de Ribeira está muy dolido — su «traición» quedó patente cuando rechazó ir en la lista de municipales en uno de los puestos honoríficos — , y eso explica el entusiasmo de la militancia, que en este concello no se enfrenta a la izquierda sino a una cuña de su misma madera. Pero hay un poso de preocupación. Porque las encuestas pintan bastos, aunque Feijóo advierta que los sondeos «dicen muchas cosas, tantas que en 2015 fue un milagro que gobernásemos en tantos concellos».

«Queremos a Ribeira, ha sido uno de los grandes bastiones del PP, lo fue con Albor, con Fraga y yo no agradeceré nunca suficientemente que me diera tres mayoría absolutas consecutivas», ensalzó Feijóo, «y esas mayorías quiero que se las deis a Manolo Ruíz», un aspirante «que está aquí porque quiere a Ribeira por encima de todo y no porque quiera estar en Ribeira a toda costa ni a costa de los demás».

A la izquierda no le salen las cuentas en estas municipales en Ribeira. El 28-A, en mitad de la debacle conservadora en Galicia y España, el voto de centro y derecha rozaron el 50% de las papeletas. Las encuestas para el 26-M avanzan que las dos caras de la derecha local estarían alrededor de ese umbral. La duda es quién queda por delante y quién ostenta el bastón de mando, una pugna de fotofinish, como en las carreras de velocidad más disputadas. «Si dividimos el voto paralizaremos Ribeira», reitera un entregado Feijóo, «y gobernarán socialistas y nacionalistas. Queremos que Manolo siga de alcalde y que Ribeira siga siendo lo que es, una ciudad del PP ». Veremos.

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