Música clásica

La OSG regatea al coronavirus

La Sinfónica se convierte en la única orquesta en España que retoma su actividad al completo sobre un escenario

Javier Vizoso, jefe de prensa de la OSG, asiste al concierto de ayer desde la grada del Coliseum IAGO LÓPEZ

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Que la música no se vuelva a parar, como sucedió durante el estado de alarma. La Sinfónica de Galicia calienta motores para una temporada que, forzosamente, será distinta a las conocidas hasta ahora. Clásica Covid Free, ante todo. La principal novedad es el cambio de recinto. Para garantizar el metro y medio de distancia entre los músicos de la orquesta y de los asistentes a los conciertos, la OSG se ha trasladado al inmenso Coliseum de La Coruña , donde ayer grabó el concierto que tendría que haberse representado en la Plaza de María Pita con motivo de las fiestas de agosto.

Para poder subir a 85 músicos al escenario ha tenido que instalarse uno de proporciones especiales, así como una concha acústica específica . «La colaboración con el IMCE (empresa municipal que gestiona el Coliseum ) ha sido absoluta y muy productiva», resalta Andrés Lacasa, gerente de la OSG, «estamos muy agradecidos». Había experiencia previa, ya que para tocar cada verano en María Pita había que levantar una estructura similar.

«En el Palacio sólo podíamos disponer del 60% de nuestra plantilla », explica Lacasa, «y ahora podemos contar con todos». Así que tanto ensayos como actuaciones se trasladan al Coliseum. El abandono (sin fecha de regreso, por el momento) del Palacio abre la puerta a renegociar el canon leonino que orquesta y Ayuntamiento pagan a la concesionaria del edificio para la actividad sinfónica, un ahorro más que necesario en el actual contexto.

La decisión de trasladarse al Coliseum la tomó el director titular de la OSG, Dima Slobodeniouk. «Fuimos un día a enseñárselo y estaba ensayando la banda municipal, sin concha acústica, y vio claro que allí podía interpretar música sinfónica sin amplificación». Tras los primeros ensayos y el concierto de ayer, «los músicos se han adaptado a la experiencia de tocar más separados». Y lo que es más importante, la OSG sigue sonando con el nivel acostumbrado.

Pionera en España

La adaptación al nuevo entorno la convierte también en pionera. «Que yo sepa, ninguna otra orquesta en España» va a adaptarse a un espacio de mayores dimensiones para poder alinear a todos sus músicos. «Van a reducir sus plantillas e interpretar repertorios adecuados a esa reducción», apunta el gerente. En Europa apenas hay dos casos conocidos: «la orquesta de Bolonia se traslada a un pabellón de baloncesto, y la de Birmingham a una nave industrial». «En un concierto sinfónico vamos a estar mucho más seguros que en otros ámbitos que tienen autorizada la presencia de personas», garantiza Lacasa, «es nuestro gran reto».

Si nada se tuerce -véase un agravamiento de la pandemia-, el Coliseum podría llegar a replicar el aforo del Palacio, las casi 1.400 butacas para completar el programa de 25 funciones de abono en doble turno de viernes y sábado. «Aunque abonos anuales no vamos a poder vender porque no podemos manejarnos a tan largo plazo», matiza, «lo esencial es que seamos capaces de ser flexibles para adaptarnos a lo que venga». Habrá públicos reacios a acercarse al Coliseum, admite, «pero es una oportunidad para intentar captar a nuevos aficionados».

El director titular de la OSG, Dima Slobodeniouk, conduce a la Sinfónica IAGO LÓPEZ

Sin embargo, si se mantienen las actuales restricciones «y solo podemos vender 300 o 400 entradas, tendremos que reducir la programación, como otras orquestas de España ». Serán «conciertos más cortos, escalando la oferta a la demanda real». Lacasa no quiere pensar en esa oscura posibilidad. «No podemos vivir del streaming -a pesar de que el canal de la OSG en YouTube supera los 100.000 suscriptores- ni de conciertos sin público», reflexiona, «y una orquesta tampoco puede reducirse para tocar música de cámara de manera permanente, porque necesitan tocar juntos». Además, un conjunto de titularidad pública como la OSG «tiene que justificar su existencia, y por eso mantenemos nuestra actividad».

Tiene todavía viva la reciente experiencia en el Festival de Granada, en pleno Palacio de Carlos V en La Alhambra. «Fue espectacular, había hambre de música». Por no hablar del motor económico que es una orquesta sinfónica en el ámbito de las artes: técnicos, músicos de refuerzo, solistas, imprentas... «Necesitamos música en directo como nunca, no podremos prescindir de este tipo de espectáculos», porque asegura que « esto no es ocio, es mucho más profundo ». La música clásica no cura pandemias, pero conforta el alma. Pruébenlo.

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