Galicia

El líder de los Miguelianos recurrirá la condena: «Mi herida es muy profunda»

Miguel Rosendo niega el abuso sexual por el que ha sido condenado a 9 años e insiste en que alguien «obligó» a la víctima a declarar en su contra

El líder de los miguelianos en rueda de prensa MIGUEL MUÑIZ / Vídeo: El juicio de los 'Miguelianos' queda visto para sentencia

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Miguel Rosendo abandonó el módulo 7 de la cárcel de Teixeiro el pasado 6 de diciembre después de cumplir cuatro años de prisión provisional por el conocido como caso de los Miguelianos. Cuando Rosendo pisó de nuevo la calle, justo después de un juicio que se prolongó durante más de dos meses , estaba a espera de la sentencia del tribunal de la Audiencia de Pontevedra que decidiría su futuro. Amparada en un escrito de acusación demoledor, la Fiscalía solicitó para el líder de la asociación Orden y Mandato 66 años de prisión por diversos delitos entre los que se contaba asociación ilícita, contra la integridad moral, coacciones, abuso y agresión sexual continuada. La acusación particular, formada por los padres de algunos de los jóvenes que residieron durante años en la Casa Madre de Oia por el estrecho vínculo que mantenían con el mentor y su orden, pidió 85 años. Pero nada más lejos de la realidad. El fallo hecho público la pasada semana por el tribunal pontevedrés supuso un duro varapalo para ambas partes al rebajar estas pretensiones hasta los 9 años de prisión —a los que habrá que restarles los 4 que Rosendo ya ha pasado entre rejas— por un único abuso sexual continuado «con prevalimiento y penetración».

Airoso tras conocer que no pasará las próximas décadas encarcelado, Miguel Rosendo ofreció este miércoles una dura rueda de prensa en La Coruña para proclamar su inocencia y asegurar que incluso esta limitada pena de 9 años de prisión será recurrida. Con su abogada a un lado y el apoyo de algunas de las seguidoras más acérrimas de la asociación, Rosendo tomó la palabra para, entre lágrimas y tajantes titulares, revelar que estos últimos años no han pasado en balde para él . «Tengo una herida muy profunda» reconoció al hablar del tiempo transcurrido desde su detención hasta la publicación de la sentencia. «Ha sido todo un juego falso y lleno de mentiras. Creo en la Iglesia y nadie en este mundo me va a robar la fe », mantuvo al recordar las acusaciones que lo señalaron como fundador de una presunta secta cuya existencia —insistió en varias ocasiones su defensa— «un tribunal ha negado ya».

« Todas esas acusaciones nos destrozaron públicamente. Se nos trató como sectarios . Se habló de secuestros, de violaciones y de orgías. Las víctimas dijeron públicamente que no les había sucedido nada, pero las obligaron a cometerse a exámenes clínicos de virginidad y también de carácter psiquiátrico para demostrar que no estaban locas. La sentencia deja claro que Orden y Mandato no era una secta y que no hubo entregas de dinero de las que nadie se apropiase», relató la abogada Beatriz Seijo, que se encargará del recurso de casación de Rosendo como resumen de los años transcurridos desde el estallido del caso y el fallo del tribunal . Frente a un contundente escrito de acusación elaborado por el Ministerio Fiscal, en el que se describían toda clase de abusos y humillaciones , la letrada sostuvo que «Orden y Mandato está limpia, aunque destrozada». Seijo también hizo hincapié en que el tribunal «no creyó» a tres de las cuatro mujeres que declararon haber sufrido abusos por parte de Rosendo.

«Alguien la ha obligado»

Sobre la cuarta, a cuyo testimonio el tribunal sí dio veracidad, la defensa apostilló que «esa persona dijo que no quería presentar denuncia en la fase de instrucción». Acerca del testimonio de esta exseguidora de la Orden —sobre la que la Audiencia considera probado que Rosendo abusó desde los 9 años, primero con tocamientos y después con penetraciones— Seijo manifestó que «el 90 por ciento de su relato no ha sido creído» y que ella es la única «prueba de cargo». Por su parte, y ante la condena por abusos con la que se zanjó la vista oral, Rosendo dijo estar seguro de que «alguien» había «obligado» a la mujer a declarar en su contra porque él la quería «como a una hija».

Sobre sus planes futuros, el líder de los Miguelianos aseguró que su principal objetivo llegado este punto es «demostrar su inocencia». Pero Rosendo también dejó una puerta abierta a formar una nueva asociación. «No sé lo que voy a hacer, no sé si voy a volver a reconstruir la asociación. El día tiene muchas horas y yo quiero ayudar a la gente, escuchar a quien lo necesite. No quiero se fundador, quiero se obrero», resumió al término de una dilatada comparecencia seguida de cerca por media docena de fieles de la orden que se vio en el punto de mira.

A nivel judicial, la defensa de Miguel Rosendo trabaja ya en un recurso «complejo» , pero con «verdaderas posibilidades de que prospere». Entre tanto, esperan la decisión del tribunal para saber si el mentor deberá ingresar de nuevo en prisión o no. «Los hombres de la Iglesias tejieron una telaraña de mentiras . Me dolió estar la cárcel sabiéndome inocente y siendo consciente de que se estaba pisoteando la libertad de muchas personas», resumió Miguel Rosendo en contra de la opinión de los padres que lo denunciaron por haber captado a sus hijos: «Yo nunca aparté a sus hijos de ellos» , les respondió.

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