El edil de Espazos Cidadáns del concello de Santiago, Jorge Duarte,
El edil de Espazos Cidadáns del concello de Santiago, Jorge Duarte, - FACEBOOK

La junta de personal de Santiago exige el cese del concejal Jorge Duarte

Los funcionarios no toleran que el edil les responsabilice de ocultar sanciones

Santiago Actualizado: Guardar
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Los trabajadores del Concello de Santiago desentierran el hacha de guerra contra el concejal de Espazos Cidadáns del gobierno populista de Martiño Noriega. Tanto el comité de empresa como la junta de personal de la administración reprueban el comportamiento de Jorge Duarte, después de que la Fiscalía hubiera ordenado la apertura de una investigación por la supuesta retención de expedientes sancionadores a locales de la ciudad. «Es una actitud que demuestra que no está capacitado para seguir en el cargo», asegura el representante de la CIG, Xabier Picón, en conversación con ABC. El personal del ayuntamiento, en conjunto, solicita su cese.

La crisis desencadenada en el seno del gobierno local afecta directamente a uno de los «hombres fuertes» del gabinete de Noriega.

Un cargo que, según la versión de los funcionarios, está desviando sus responsabilidades por el caso de los expedientes y señalando con el dedo a la plantilla municipal. «Nos da esa sensación», enuncia Picón tras advertir que Duarte no quiere ni sentarse a atender sus puntos de vista: «Hay una intervención de la Fiscalía, así que qué menos que escuchar a la gente que está gestionando todos esos expedientes». Entienden que el concejal de Compostela Aberta se está «poniendo de parte de los hosteleros» y dejando a un lado su cometido de mediar entre los intereses de la ciudad y el cometido público de los funcionarios.

Junto a él, un grupo de representantes del comité y la junta de personal salieron ayer en rueda de prensa para pedir al alcalde que intervenga políticamente sobre este asunto. La presidenta de la junta, María Xosé Santos, aseguró directamente que a Duarte se le «tenía que caer la cara de vergüenza» por mantener una conducta así en el concello y hacer una petición para comparecer en pleno sin haber dirigido todavía la palabra a sus subordinados. Las acusaciones que el grupo de gobierno vertió sobre la «arbitrariedad» de los funcionarios fueron la gota que colmó el vaso.

Por parte del comité de empresa, su responsable Xabier Ferreiro denuncia la «inacción» del equipo de Martiño Noriega por no acometer, durante el año y medio que lleva en el cargo, una reorganización interna en Raxoi. «No hubo ningún avance ni cambios significativos», afirmó.

«A dedo»

Aunque la política prometida por la candidatura municipalista descansaba sobre la democratización y la transparencia —frases como «abriremos puertas y ventanas» eran muy habituales—, María Xosé Santos acusó a Compostela Aberta de nombrar «a dedo» a los jefes de servicio municipales, imitando los modos que ellos mismos habían denunciado al bipartidismo. A tenor de las cifras aportadas por la presidente de la junta de personal, Santiago emplea «más de un millón de euros anuales» en el pago de horas extra a personal de la Policía Local y los Bomberos.

Con estos mimbres, Martiño Noriega tiene ante sí la primera gran crisis desde que entró como alcalde en Raxoi. A falta de que se resuelva la investigación abierta por la Fiscalía, el caso de Duarte pondrá a prueba el vigor del discurso de la ética —y la estética– de que hasta ahora hacía bandera su gobierno.

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