Identifican factores para la obesidad en la flora intestinal de los gallegos

Las investigaciones de una tesis doctoral de la USC registran proporciones de bacterias relacionadas con el sobrepeso «muy superiores» a poblaciones de otras regiones geográficas

Alejandra Cardelle, Paula Roca y José Manuel Miranda USC

R. LIZCANO

El primer análisis de la microbiota intestinal de la población gallega (el ecosistema de microorganismos que puebla el aparato digestivo) se ha llevado a cabo de la mano de una tesis doctoral, y sus resultados han destapado factores de interés para el análisis de las altas prevalencias de obesidad en la Comunidad . Bajo la dirección de los profesores Alejandra Cardelle y José Manuel Mirand a, la guitiricense Paula Roca firma los cinco artículos científicos que integran su tesis de doctorado —pionera también en los estudios de Nutrición y Dietética de la Universidade de Santiago—, cinco trabajos que identifican factores que predisponen a la población gallega a unos índices mayores de obesidad, como la presencia en la microbiota intestinal de los sujetos estudiados de niveles «muy superiores a los habituales en personas que habitan en otras regiones geográficas» de microorganismos de la familia Actinobacteria , un grupo que, además, se ha podido detectar en mayor medida «en personas con sobrepeso que en el resto de participantes». En paralelo, la investigación constató una posible relación con la edad y el envejecimiento en otro grupo de bacterias conocidas por su papel activo en la promoción de la obesidad , las Proteobacterias, encontradas en mayor proporción en los participantes de mayor edad.

El efecto de los antibióticos

Estos niveles, explican, podrían responder al efecto del consumo acumulado de antibióticos a lo largo de la vida. Y es que, indican los investigadores, estaríamos ante bacterias más resistentes a este tipo de fármacos que otras familias también presentes en la microbiota intestinal. El uso de antibióticos a lo largo de la vida mermaría las poblaciones de bacterias menos resistentes y auspiciaría la proliferación de los grupos más resistentes, dando como resultado estos niveles más altos. No en vano, apuntó la USC, los estudios llevados a cabo también han demostrado que incluso dosis muy bajas de antibióticos, compatibles con las recibidas a través de alimentos de origen animal y dentro de los parámetros autorizados a la industria, «son capaces de modificar a largo plazo la microbiota de las personas».

Las investigaciones también han relacionado la dieta atlántica y el bagazo de la uva (especialmente tinta) con una mayor presencia de bacterias beneficiosas y han permitido identificar un ácido graso poco conocido, el ácido fitánico , como un posible protector frente a la diabetes o el síndrome metabólico . Este último hallazgo podría contribuir a explicar las cifras de prevalencia de enfermedades cardiovasculares en Galicia, inferiores a la media del conjunto estatal.

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