CIERRE DE CAMPAÑA

Feijóo apela a los «socialistas de corazón» y al centro indeciso

Cierra en Vigo la campaña gallega con un llamamiento a los que aún tienen «dudas»: elijan «la papeleta del PP».

Alberto Núñez Feijóo y Ana Pastor, antes del mitin de cierre de campaña del PPdeG en Vigo MIGUEL MUÑIZ

Pablo Pazos

La campaña para el 28-A del PPdeG arrancó hace dos semanas por todo lo alto, con un mitin en Pontevedra con Mariano Rajoy como estrella invitada, y c oncluyó este viernes en una nota más íntima , con un mitin-almuerzo en un hotel de Vigo. Complicado encontrar semejanzas entre aquel acto vespertino y multitudinario en el auditorio de Afundación, puro escenario electoral, y el salón donde los comensales, pasadas las tres de la tarde, estaban tentados de prestar más atención al pan que a los discursos de los oradores. Mediaban obligaciones: Alberto Núñez Feijóo debía emprender después viaje a Madrid, donde a última hora de la tarde arropó a Pablo Casado en la gran clausura nacional, en el WiZink Center.

Antes, Feijóo madrugó para una primera actuación en Lugo y a mediodía apareció en Vigo, él y Ana Pastor nexos en común con aquel arranque en Pontevedra que parecía ya lejano. Y, sin embargo, nada había cambiado aún: tocaba remangarse de nuevo para seguir pidiendo el voto. Tras dejar un recado al alcalde Abel Caballero, como es pertinente en cualquier visita a la ciudad, fue enseguida Feijóo al meollo de su última alocución: dirigirse a quienes «todavía están pensando a quién van a votar», aquellos que tienen «dudas» , algo «perfectamente comprensible» ante unas elecciones «decisivas» y, según las encuestas, «muy reñidas». A esos indecisos pidió el líder del PPdeG que «piensen en lo que más le interesa a España y a Galicia». Ante esa «reflexión», prosiguió, la «conclusión» razonable es que «la inversión electoral más segura, la papeleta que realmente puede intentar resolver problemas y no crearlos, es la papeleta del PP».

Pero siempre cabe la opción, admitió, de pensar diferente. Y en ese punto apeló directamente a dos grupos de electores. Por un lado, a los «socialistas de corazón» , al «PSOE de Guerra y Felipe González», a los que no comulgan con el nuevo socialismo «lleno de egocentrismo» de Pedro Sánchez. Y, por otro lado, al gran caballo de batalla de esta campaña: aquellos «que dudan entre PP, Ciudadanos y Vox ». Ese votante de centro y derecha indeciso, que en cualquier caso está «de acuerdo con nosotros en que Sánchez tiene que pasar a formar parte de la historia cuanto antes mejor (...), señalado como el presidente del Gobierno que menos tiempo aguantaron los españoles». «El más breve de la Democracia», había reclamado minutos antes Pastor.

«Unir, no dividir»

Esa atomización del centro-derecha puede resultar tan letal para el PP que es la idea que más ha machacado Feijóo en la campaña: unir, no dividir. No entregar el voto a «partidos que no van a tener escaño» -se mostró convencido Feijóo-, como Cs y Vox, porque «todos esos votos se pondrán al servicio del PSOE». Votar al PP, también, porque « no quiero una España reaccionaria, no quiero una España que nos recuerde al pasado , quiero una España mejor, más unida», incidió el líder del PPdeG. Y barrer para casa, porque con «más voto de los gallegos al PP, habrá más Galicia en el Consejo de Ministros» y «Galicia será más decisiva en la política del Gobierno de España». Un voto «no solo a favor de la unidad» del país, sino también «a favor de Galicia», remarcó, «porque nos lo merecemos. «No podemos distraer nuestras papeletas, dividirlas, para que siga gobernando» Sánchez.

Una división que, ha venido enfatizando en los últimos días Feijóo, puede resultar aún más dañina, por las peculiaridades de la ley electoral, en el caso del Senado: la Cámara crucial para aplicar, eventualmente, el artículo 155 en Cataluña. « Nunca perdonaré a Ciudadanos y Vox que intenten que el PSOE tenga mayoría en el Senado y por primera vez dividan el voto en el centro y la derecha, y puedan ganar los socialistas, los independentistas y los nacionalistas», advirtió.

En definitiva, un llamamiento a impedir que repita en La Moncloa a quien Pastor tildó de «flojo, flojo»: Sánchez, embarcado, acuñó la número uno por Pontevedra, en una «operación disimulo», consistente en «ocultar a sus ministros» en la campaña y, «lo más gordo», sus «acuerdos» y «pago de favores» a quienes «quieren romper España» ; una operación frustrada por los debates televisivos, donde «vimos al sectario», aseguró, ése que constituye «un peligro para Galicia y para el futuro». El PP, en cambio, es el único que «garantiza que Galicia será una prioridad para el Gobierno de España», afirmó. A Pastor, confesó, no le gusta lo de «voto útil» y prefiere «voto unido» y «voto inteligente». El que se sintetiza en que «si quieres que gane el PP, vota al PP, no hay otra».

«Hemos trabajado a tope», resumió Feijóo, más breve que en otras ocasiones, muchos kilómetros ya en las piernas, sumando precampaña y campaña. La suerte está casi echada. Mañana se abren las urnas. « Vayamos a votar. Para no arrepentirnos el lunes de no haber hecho todo lo que teníamos que hacer por nuestro país, nuestras familias, Galicia y España». Esas fueron sus últimas palabras.

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