Golpe definitivo a la banda armada

La cúpula de Resistencia malvivía en la clandestinidad sin apenas medios

Los jefes de la banda, trasladados a la Audiencia Nacional, no portaban armas en el momento de la detención en Vigo. Los investigadores consideran que esta operación deja tocada de muerte a la organización terrorista gallega

Concentración de apoyo a los detenidos, este lunes en la plaza de Cervantes de Santiago MIGUEL MUÑIZ

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Sentenciada por los varapalos policiales que durante el último lustro han mermado su actividad y expansión, la banda armada Resistencia Galega —única organización terrorista en activo en España a día de hoy— sufrió este sábado el golpe definitivo. Con la caída de su cúpula, formada por la pareja de Antonio García Matos «Toninho» y Asunción Losada Camba , Resistencia queda tocada de muerte a espera de lo que se derive de los interrogatorios que arrancaron este lunes en la Audiencia Nacional. Al cierre de esta edición, y según pudo saber ABC, ninguno de los dos terroristas fugados desde el 2006 había explicado su vinculación con una banda a la que se le achacan más de medio centenar de atentados que suman, según los expertos, unos tres millones de euros en destrozos . El último, en 2014, voló por los aires el concello lucense de Baralla con una olla cargada con cinco kilos de pólvora prensada que ocasionó graves daños.

«Toninho» y Losada fueron arrestado el sábado en Vigo tras una larga huida que los llevó a pasar varios años en tierras lusas y a una etapa final en Venezuela . Sobre su día a día en la clandestinidad, fuentes cercanas a la lucha antiterrorista indicaron a este medio que en un primer momento se valieron del apoyo proporcionado por una red de afines, no fichados, que les dieron soporte vital. En los últimos tiempos, sin embargo, estas condiciones habían empeorando llegando a «malvivir» sin apenas recursos económicos. El control de su círculo, incluidos los movimientos de familiares y amigos, allanó el terreno para capturar a dos de los terroristas más buscados de Europa. Junto a ellos cayeron dos simpatizantes más de la banda que elevan la cifra de detenidos por su implicación en Resistencia Galega a más de cuarenta personas desde que en 2007 se empezó a estrechar el cerco sobre la banda.

Acerca de cómo el núcleo duro de RG movía los hilos de la organización desde la clandestinidad, los investigadores tienen claro que las instrucciones las daban los líderes desde Portugal , donde también conseguían los explosivos utilizados después en los atentados. Con un comando estable en la provincia de Pontevedra, donde finalmente fueron localizados García Matos y Losada, los últimos ataques de la banda fueron ideados en el país vecino y materializados por la decena de militantes con los que, se calcula, contaba la organización en Galicia cuando dio sus últimos coletazos. El declive definitivo de la banda se produjo a finales del 2015 cuando los cuerpos policiales desmantelaron el brazo político de Resistencia. Hubo nueve detenciones y registros paralelos en localidades gallegas, todo bajo las órdenes de la Audiencia Nacional. Poco tiempo antes, y abriendo camino a los líderes huidos, uno de integrantes condenados por un atentado en la capital gallega trató de escapar a Venezuela, pero fue interceptado en el aeropuerto de Oporto.

El momento de los arrestos, a «Toninho» y Losada no se les localizaron armas ni explosivos. Iban, recurriendo al argot policial, «de vacío», lo que da cuenta del estado terminal en el que se encuentra el movimiento terrorista cuyo manifiesto fundacional data de 2005. La última aparición del jefe de Resistencia se remonta a 2014, cuando García Matos publicó un vídeo pidiendo continuar con «la lucha armada». Tanto él como su pareja están acusados de los delitos de pertenencia a organización terrorista en grado de dirigente, tenencia y transporte de explosivos y falsedad documental.

Manifestaciones

Con motivo de las detenciones del pasado fin de semana, el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, subrayó el «golpe muy importante» a Resistencia Galega con la detención de sus «dos máximos dirigentes» y de otras dos personas como «colaboradores». Aunque finiquitada la bautizada como «Operación Lusista», los agentes estuvieron especialmente atentos este lunes a las ocho manifestaciones convocadas en distintas ciudades de la Comunidad para pedir la liberación de los cuatro arrestados.

En la actualidad, y después de casi quince años de actividad , son seis las personas vinculadas con esta banda que cumplen condena entre rejas. La sentencia más alta de las dictadas hasta el momento por su implicación con Resistencia Galega recae sobre Roberto Rodríguez, detenido con tres termos cargados con 5 kilos de explosivos. En el registro de su domicilio, los agentes hallaron una olla a presión con 3 kilos más de pólvora. Su detonación «habría puesto en peligro la vida de las personas en un radio de diez metros», según el tribunal. Se espera que la declaración de los dos líderes de la banda armada se retome este martes.

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