El condenado por asesinar a Marta Sequeiros en Ferrol
El condenado por asesinar a Marta Sequeiros en Ferrol - EFE

Condenado a 21 años de prisión el asesino de la camarera de Ferrol

La sentencia recoge como agravantes en el crimen la alevosía y el ensañamiento

Santiago Actualizado: Guardar
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El autor de la muerte de la camarera Marta Sequeiro, en abril del 2016, ha sido condenado a 21 años de prisión por el violento crimen. En la pena impuesta por la Audiencia Provincial de La Coruña y basada en el veredicto de culpabilidad del jurado popular concurren los agravantes de alevosía y ensañamiento, al entender la magistrada que el acusado causó a la víctima «heridas innecesarias y múltiples que prolongaron su agonía y dolor durante un período de tiempo no determinado». Se refiere la presidenta de la sala a las 60 puñaladas que Víctor T. N. le asestó a la camarera ferrolana sin que ésta tuviese tiempo ni margen para defenderse, una circunstancia que quedó probada durante la vista oral y que obligó al fiscal del caso a elevar su petición de homicidio a asesinato.

Pero la sentencia dada a conocer ayer va más allá al descartar, basándose en los testimonios de los agentes que acudieron al escenario del crimen, que la capacidad del procesado estuviese alterada pese a que ese día había consumido un compuesto farmacéutico y diversas bebidas alcohólicas. «Su voluntad para comprender el alcance de sus actos no resultó eliminada, alterada gravemente ni disminuida», anota el fallo. También incide en que Víctor T. N. aprovechó la soledad del bar donde se encontraba con Marta a las 5 de la madrugada y la cercanía de un cuchillo que estaba posado en la barra para hacerse con él y atacar a la víctima de forma sorpresiva y «sin que conste motivo». «Actuó aprovechando la ausencia de otras personas en el establecimiento y la confianza que mantenía con la camarera para, haciéndole creer que abandonaba el local, asestarle las puñaladas», incide la sentencia.

En concreto, Marta Sequeiro recibió diez cuchilladas en la espalda, veintiuna en cara y cuello, diez en la cabeza y una en el tórax, que resultó fatal. Murió por un shock hemorrágico que no fue inmediato, tal y como confirmaron los forenses que se hicieron cargo de su autopsia. Después de cometer el crimen, el acusado se refugió bajo un puente y telefoneó a su exmujer, a la que le pedió que lo fuese a recoger y que le lavase la ropa que llevaba puesta en ese momento.

200.000 euros para su hijo

El condenado deberá indemnizar al hijo de la fallecida con 200.000 euros y a cada una de sus dos hermanas con 6.000 euros. En el juicio, el acusado afirmó tener «lagunas» sobre lo sucedido ese día, aunque aprovechó su turno de palabra para pedir perdón a la familia de la víctima.

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