Aumenta la demanda de cursos de defensa personal entre las gallegas

«Enseñamos técnicas para zafarse de una agresión, pero no queremos dar una falsa sensación de seguridad»

Cursos de defensa personal femenina impartidos por Fegaloita CEDIDA
Patricia Abet

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El próximo jueves se celebra el Día Internacional de la Mujer. Una fecha clave en la reivindicación y la lucha por la igualdad entre sexos que, un año más, estará teñida por la lacra de la violencia machista. El pasado año se cerró con 49 mujeres fallecidas —una de ellas en Galicia— y en lo que va de 2018 el contador se ha puesto en marcha ya con 3 víctimas a nivel nacional. Administraciones y expertos coinciden a la hora de señalar que la base para atajar el problema está en la concienciación y la sensibilización social, una labor compleja teniendo en cuenta que en los últimos años la horquilla de población más joven ha involucionado hasta repetir estereotipos machistas, propios de generaciones pasadas, que ya se creían superados. Son precisamente las mujeres más jóvenes y las mayores que viven en el rural las que más preocupan en el caso gallego , que pone el foco en informar para atajar la violencia dentro de la pareja, pero también en ofrecer a las posibles víctimas armas para defenderse. Y es ahí donde aparecen profesionales como José Luis Olazabal, presidente de la Federación Gallega de Lucha.

Este experto en autoprotección y artes marciales coordina los cursos de defensa personal femenina que el pasado año formaron a más de 500 gallegas repartidas por 26 ayuntamientos de la Comunidad. La esencia de estas actividades, que se desarrollan en colaboración con la secretaria xeral de Igualdade, es clara: enseñar a las mujeres a librarse de una amenaza, evitar la parálisis y ganar tiempo. «No se trata de dar una sensación falsa de seguridad» , afirma Olazábal en una charla con ABC en la que pone el acento en que las técnicas que los profesores muestran nunca buscan la confrontación. «Las diferencias de peso y tamaño entre una mujer y un hombre suelen ser considerables, por lo que nunca se persigue el enfrentamiento directo», explica el experto. Los encargados de impartir los cursos, de 8 horas de duración, son agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado especializados en la violencia contra la mujer. «Es llamativo porque cuando pusimos en marcha la iniciativa, que llevábamos años madurando, consultamos a las alumnas sobre si preferían que los formadores fuesen hombres y mujeres, y lo tuvieron claro. Prefieren a hombres porque les ayudan a ponerse en situación».

Volviendo a las técnicas que pueden ayudar a evitar una agresión, los formadores insisten en que siempre son «muy sencillas» y, además, «se deben repetir hasta la saciedad» . El objetivo de este entrenamiento es fijar «dos o tres reflejos» que salgan como respuesta natural ante cualquier ataque. En la mayoría de los casos, ejemplifica Olazábal, se trata de sueltas de agarres que ayudan a zafarse de una determinada situación. Además, indica, es fundamental jugar con la «presión» y la «distracción», nunca con la fuerza porque de media suele haber 20 ó 30 kilos de diferencia entre víctima y agresor. Además, ninguno de estos mecanismos provoca daños, por lo que las alumnas pueden incluso practicar los aprendizajes con sus amigas o en casa.

A la hora de reaccionar ante una agresión o un ataque, los técnicos trazan una línea roja, la del uso de armas. « Si por medio hay un cuchillo te puedes estar jugando la vida, porque igual piensas en intentar alguna de las técnicas y te matan . Lo mejor en un caso así es estarse quieto y esperar el momento para hacer algo o simplemente para escapar» destaca Olazábal apelando siempre a la prudencia y a la protección de la integridad física. «Ante un arma lo importante es mantener la distancia, porque son situaciones muy complejas».

De adolescentes a abuelas

El perfil de las participantes en estos cursos es muy variado y va desde gente muy joven hasta mujeres que han sobrepasado la barrera de los 70 años . En el caso de las actividades que corren a cargo del Gobierno gallego las plazas no solo se cubren por defecto sino que las listas de espera acostumbran a triplicar la convocatoria. Se trata de una prueba de ese aumento de la demanda en lo tocante a la protección femenina en la Comunidad que a los profesionales no les ha pasado inadvertido y que se repite en todas las ciudades y grandes municipios.

«A raíz de que hemos empezado nosotros están surgiendo cursos en otros ámbitos como clubs privados, gimnasios, ayuntamientos que los organizan a través de otro tipo de asociaciones... Hay una demanda creciente y por eso, en nuestro caso, este año queremos llegar al doble de ayuntamientos», avanzan desde Fegaloita. Por el momento, Igualdade ya trabaja en colaboración con esta federación en actividades específicas orientadas a mujeres que han sufrido maltrato y a universitarias que se desarrollarán en los próximos meses.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación