Los alcaldes plantean que la financiación local contemple el impacto del turismo

Los regidores alaban los beneficios que acarrean los visitantes, pero admiten la sobrecarga en los servicios

Reclaman que el sistema garantice su autonomía financiera y les permita sufragar todos los costes añadidos

Veraneantes en la playa de Silgar, en la localidad pontevedresa de Sanxenxo EFE

MARIO NESPEREIRA

Los alcaldes de la costa gallega plantean que el impacto del turismo sobre los servicios básicos tenga reflejo en la financiación municipal . Lo lógico, sostienen los regidores consultados por ABC, es que en los meses estivales, cuando algunos multiplican por varios dígitos su población, sus administraciones cuenten con recursos suficientes para prestar con garantías los servicios de saneamiento, limpieza, o incluso, financiar sus cuerpos de Policía Local.

Sanxenxo, la milla de oro de las Rías Baixas , supone uno de los casos paradigmáticos. En temporada alta, la localidad pontevedresa se convierte en la tercera ciudad de Galicia:pasa de los 18.000 habitantes a unos 120.000. El alcalde, Telmo Martín, da la receta para gestionar la entrada masiva de visitantes: un cóctel que mezcla la experiencia de los trabajadores municipales con el refuerzo de las plantillas. Por ejemplo, el cuerpo de la Policía Local se eleva desde los 25 agentes hasta alrededor de 60; y el plantel de funcionarios se amplía de 250 a 400. El presupuesto, sin embargo, no se toca.

La colaboración de la Xunta y las diputaciones es un hecho, «pero no llega», reconoce Martín. «No comparto tener que andar llorando en las administraciones y tener que vivir de las subvenciones, creo que cada concello tiene que ver sus necesidades y gestionarlas de una forma que no tengas que andar tocando en la puerta de nadie», explica.

Idéntico diagnóstico perfila en responsable del gobierno local de Baiona, donde la población se triplica a lo largo del verano. Ángel Rodal indica que el impacto del turismo ya fue un tema de conversación en las reuniones con otros ayuntamientos. «La financiación que te dan es por extensión (kilómetro cuadrado y habitante), pero no se contemplan los habitantes que acoges durante todo el año», relata. Sin ingresos extra, al menos de forma estructural, en Baiona se felicitan por ofrecer todos los servicios a cargo de un presupuesto municipal que alcanza los 12,5 millones de euros. De ese montante tiene que partir todo. La seguridad, por descontado, y también los servicios de limpieza en una localidad donde ser organizan cerca de doscientos eventos lúdicos al año.

Aún así, resta dramatismo a la situación. Mientras en Barcelona o las islas Baleares el radicalismo siembra de «turismofobia » la calle, los concellos saludan la llegada de los veraneantes. Cuantos más, mejor:saben que su predisposición al consumo pone en marcha el círculo virtuoso de la economía.

En Baiona existe cierta preponderancia hacia el turismo familiar. Ocurre lo mismo en Foz, uno de los corazones de la Mariña lucense. donde el número de segundas residencias es casi equiparable al de viviendas habituales , sostiene su alcalde, Javier Castiñeira, en conversación con este diario.

Para disminuir la sobrecarga, Castiñeira tiene algunas ideas. Asegura que es necesario «hacer visible» —en términos fiscales— a todos aquellos propietarios que pasan una buena parte del año en la costa, pero que tributan en otros municipios. Su propuesta es habilitar, a través de la Declaración de la Renta, la posibilidad de que los ciudadanos elijan el paradero de sus impuestos . «Una persona debería tener la oportunidad de que el 25% o el 20% de su impuestos fueran al lugar de su segunda residencia», pormenoriza. Es una forma de compensar que Foz, con un padrón de 9.900 habitantes, tiene que atender las necesidades de 30.000 en fechas concretas del año.

También dentro de la Mariña, en Barreiros comparten muchos de los problemas. Algunos incluso se agudizan. Su censo ordinario registra a 3.000 personas, por lo que no cuenta con un cuerpo establecido de Policía Local. No obstante, durante estas semanas, cuando el ayuntamiento abraza la llegada de 10.000 más, aparecen necesidades como dirigir el tráfico que sale de las playas o velar por el orden en las calles. El regidor, Alfonso Fuentes, lamenta que los servicios «se resientan», pero lo cierto es que, como en otros lugares, «no hay partidas suficientes para atender a toda esta población».

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