De izquierda a derecha, los socios de Oncostellae, una de las cuatro empresas de Neogalfarma: José Manuel Santamaría, José Brea, Juan Camacho, Guido Kurz, Maribel Cadavid y Julio Castro. Mabel Loza completa el equipo
De izquierda a derecha, los socios de Oncostellae, una de las cuatro empresas de Neogalfarma: José Manuel Santamaría, José Brea, Juan Camacho, Guido Kurz, Maribel Cadavid y Julio Castro. Mabel Loza completa el equipo - PEPE FERRÍN
LAS MIL GALICIAS | LA TIERRA INVESTIGADORA (I)

Abriendo camino contra el cáncer

Cuatro firmas se unen en Neogalfarma para buscar fármacos antitumorales e impulsar la biotecnología en Galicia

Santiago Actualizado: Guardar
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Las nuevas terapias contra el cáncer se gestan, en ocasiones, más cerca de lo que pensamos. También en Galicia. Sin hacer ruido, una mañana de viernes, los siete responsables de Oncostellae se reúnen en la avenida de Barcelona de Santiago para tratar distintos aspectos de su proyecto. Dirigen una pequeña empresa biotecnológica, integrada por biólogos y químicos, que trabaja codo con codo con tres firmas gallegas — GalChimia, AMSLab y Nanogap— en Neogalfarma, una plataforma creada el pasado invierno para abrir camino en la lucha contra diferentes formas de cancer, enfermedades que en su conjunto representan el segundo motivo de muerte natural en España por detrás de las del sistema circulatorio.

«Queremos ser las primeras pequeñas empresas de biotecnología con éxito en el ámbito farmacéutico en Galicia.

Por eso hemos elegido el nombre de Neogalfarma», afirma Guido Kurz, CEO de Oncostellae. Son cerca de las diez de la mañana en el Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CIMUS) de la Universidad de Santiago cuando explica a ABC las claves de lo que pretenden conseguir desde la Comunidad. «Es arriesgado, pero bonito», aventura.

La tendencia en la investigación anticancerígena sigue hoy una línea distinta a la de la quimioterapia tradicional, «que no diferenciaba entre células sanas y células tumorales». En Oncostellae diseñan moléculas que están dirigidas a proteínas específicas que están vinculadas a ciertas patologías oncológicas, como el caso de los receptores de andrógenos en cáncer de próstata.

Durante tres o cuatro años, desarrollan en laboratorio posibles fármacos a lo largo de la fase preclínica, primero en tubos de ensayo, después en células y, finalmente, en animales. Si la suerte acompaña, se realiza una primera fase clínica para testarlo en humanos. «Sería el momento de licenciarlo o venderlo a una gran farmacéutica porque no tenemos ni dinero ni el conocimiento para el resto de las fases clínicas y la comercialización del fármaco», resume Kurz.

Batalla en varios frentes

«Queremos ser las primeras pequeñas empresas biotecnológicas con éxito en el ámbito farmacéutico en Galicia»
Guido Kurz , CEO de Oncostellae

Pero esa lucha contra la enfermedad no se puede jugar en un solo frente, hace falta actuar al mismo tiempo en varios flancos. «En el cáncer, muchas veces, teniendo el mejor fármaco del mundo, se desarrollan resistencias en los pacientes. Los tratas durante algunos meses y, de repente, dejan de responder positivamente. Pasa con casi todos los medicamentos que hay en el mercado», señala Kurz, químico, alemán, residente en Barcelona, pero implicado con Galicia —en una doble casualidad— por amor y por ciencia.

Y ahí radica la importancia de no ir solos, sino de la mano de sus tres compañeras de viaje, pues «si atacas al cáncer por dos lados, puedes tener efectos de sinergia que mejoran o prolongan la eficacia del tratamiento». Junto a Oncostellae están GalChimia, líder nacional en química orgánica sintética; AMSLab, empresa que analiza y cuantifica los efectos del compuesto suministrado a ratones y lo mide tanto en la sangre como en el tumor; y Nanogap, implicada en conseguir nuevos medicamentos basados en nanomateriales como, por ejemplo, «agrupaciones de pocos átomos de plata —detalla Kurz—. Es curioso y novedoso. Puede aportar efectos complementarios a nuestros tratamientos».

« Si atacas al cáncer por dos lados, puedes tener efectos de sinergia que mejoran o prolongan la eficacia del tratamiento»

Lo «arriesgado», claro, tiene que ver con el dinero. «El descubrimiento y desarrollo de fármacos es un proceso largo y costoso. Tienes que encontrar financiación para muchos años de investigación y solo cobras al final cuando consigues licenciar el proyecto a una empresa fármaceutica». Neogalfarma es el paraguas bajo el que se unen estas cuatro empresas gallegas para lograr fondos de la convocatoria abierta por la Axencia Galega de Innovación (GAIN) de la que ya se beneficiaron entre 2014 y 2015. «Nos ayuda muchísimo en avanzar nuestros proyectos. Y nos da credibilidad de cara a otras fuentes de financiación». Kurz, no obstante, es partidario de que la administración pública impulse también «préstamos a largo plazo que solo se devuelvan en caso de éxito. Te da posibilidad de extender el proyecto y al mismo tiempo te ofrece tranquilidad», indica.

Apunta que el triángulo de la biotecnología en España —donde este tipo de investigaciones «son bastante económicas debido a los salarios»— se sitúa entre Barcelona, Madrid y el País Vasco. Sin embargo, desde Neogalfarma quieren «dar ejemplo —insiste—. Sabemos que es buen momento para apostar por Galicia porque aquí se quiere apostar por la biotecnología. Los profesionales están bien formados y hay potencial para crear muchas empresas».

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