El Foro del Agua pide tres minitrasvases para cubrir un déficit de 350 hectómetros

EL grupo de expertos universitarios integrados en el Foro del Agua –auspiciado por Asaja-Jóvenes Agricultores de Alicante con respaldo de los regantes y los empresarios de la provincia– va a plantear a las administraciones una «triple solución», o la suma de tres propuestas, para resolver la escasez de recursos hídricos en la Comunidad Valenciana de forma más estable.

La idea consiste en llevar adelante minitrasvases en lugar de grandes transferencias, de forma que se pueda vencer la reticencia y oposición visceral que esta política de redistribución del agua viene suscitando en tierras manchegas y en otras regiones potencialmente cedentes.

En parte, se trata de aprovechar infraestructuras ya existentes, como las conducciones del Tajo-Segura y las del Júcar-Vinalopó, pero también se propone un trasvase desde el Bajo Ebro, si bien no de las dimensiones proyectadas en el Plan Hidrológico Nacional (PHN) que derogó el Gobierno socialista en la época de José Luis Rodríguez Zapatero.

En total, se parte de un déficit hídrico endémico y de mínimos, es decir, irrenunciable, de al menos 350 hectómetros cúbicos, y Antonio Miguel Rico Amorós, director del Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante, anticipó a ABC que esta triple propuesta se va a sustentar en un estudio de viabilidad desde el punto de vista económico y medioambiental.

Una de las nuevas opciones se localiza en la zona del río Alberche y la sierra de Gredos, la margen derecha del Tajo, tal como ya avanzó otro catedrático alicantino, Antonio Gil-Olcina, en la presentación del Foro del Agua. Este área, rica en agua de calidad, podría satisfacer la demanda urbana en Madrid y en otros puntos de La Mancha, de forma que se aliviaría la presión sobre los dos pantanos de Entrepeñas y Buendía –de donde se nutren los trasvases al Segura–.

Por debajo de reservas

De hecho, ambos embalses se construyeron para regular las transferencias al sur, y no están concebidos para suministrar a municipios cercanos. Ahora se encuentran por debajo ya de la reserva mínima que se aplicará a partir de enero, de 336 hectómetros cúbicos, y que impedirá los trasvases.

Este umbral estaba hasta hace dos años en 240, pero en aras al consenso entre cinco comunidades, el Gobierno central selló el acuerdo en un memorando que lo elevará progresivamente hasta 400 en un lustro. El último trasvase aprobado hace unos días ya fue de mínimos, con solo seis hectómetros destinados exclusivamente a abastecimiento de los hogares y sin nada para los regantes. El siguiente sería el correspondiente al mes de diciembre y salvo lluvias o nevadas, no habrá ninguna más. Mientras, un millar de personas se manifestaron anteayer en Guadalajara para que el Tajo-Segura pase a la historia y ayer el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page (PSOE), proclamó por enésima vez su firme propósito de tumbarlo legalmente. García-Page afirmó que encontrar la fórmula para dar la vuelta a la «puñalada trapera» del memorando del trasvase es «el empeño político» que más le «quita el sueño». Eso, tras presentar cinco recursos contra los últimos cinco trasvases mensuales.

Amenaza de García-Page

El presidente provincial del PP en Alicante, José Císcar, reafirmó ayer que «el trasvase Tajo-Segura no se toca: hay un documento muy claro, muy concreto y suscrito por el Gobierno de España y cinco comunidades autónomas, que es el memorando, y hay que cumplirlo rigurosamente».

Fue la reacción de los populares alicantinos a la movilización contra ese trasvase, un día antes en Guadalajara. «El PP de Alicante no es el PSOE, nosotros sí nos mojamos por nuestra provincia, por el agua y por el empleo», añadió Císcar. «Responderemos con hechos si alguien, venga de donde venga, sea de donde sea y lleve el color que lleve, intenta alterar una coma», concluyó. Que es justamente lo que «quita el sueño» al presidente socialista manchego, Emiliano García-Page.