La ciudad en el banquillo

«Nos alegramos de que nuestra ciudad no vaya a tener que sentarse en el banquillo de los acusados el día 16 de enero y sea tan solo la ciudadana Sonia Castedo quien lo haga», fue una de las afirmaciones que la entonces portavoz de Esquerra Unida realizó en el momento en el que Sonia Castedo dimitía como alcaldesa de Alicante. Fue en diciembre de 2014, hace menos de un año, pero parece que el problema no es que una concejala con competencias de gobierno se siente en el banquillo de los acusados, sino que la persona no sea «uno de los nuestros».

Desde que en las páginas de este periódico se publicaran los mensajes que Marisol (alias la Roja), concejala del tripartito gobernante en Alicante, había vertido en redes sociales contra la familia real

, políticos y aficionados taurinos, hemos asistido a un espectáculo mezcla de huida hacia adelante, incoherencia, ridículo, escurrir el bulto y una serie de calificativos adicionales que están provocando el descrédito total del alcalde de la ciudad, Gabriel Echávarri, responsable de que dicha concejala siga teniendo competencias en el gobierno municipal y el de sus socios de Guanyar y de Compromís.

La imputación de la concejala causó un pequeño terremoto, pero como era «uno de los nuestros» el tripartito no se aplicó lo que pedían a los concejales imputados del Partido Popular y ni siquiera le retiraron las competencias de gobierno. Unos se limitaron a achacar a una especie de conspiración judeo-masónica la decisión del juez y otros como el alcalde, poniendo encima de la mesa sus vastos conocimientos del mundo del Derecho, se limitaban a asegurar que la imputación no iba a llegar a ninguna parte y que esperarían al seguro sobreseimiento del caso.

Pero no deberían ser tan vastos ya que no fue así y el juez ha iniciado el procesamiento de Marisol por injurias a la Corona. Ustedes se preguntarán, ¿Y ahora qué?, pues nada, ¿qué se puede esperar de los de un partido que montan el numerito en el Parlamento Europeo cuando habla el rey de tu país?