Cinco pueblos que no te puedes perder este verano en la provincia de Alicante

Castell de Guadalest

Sin duda, uno de los pueblos más pintorescos de Alicante, a solo unos minutos en coche de Benidorm. Castell de Guadalest ofrece paisajes espectaculares, un bello pantano y un pueblo «encaramado» a una cima con toneladas de encanto, y coronado, claro, por un castillo. El pueblo, aunque pequeño, está acostumbrado a recibir miles de visitantes cada año, por lo que está perfectamente acondicionado, dispone de varios lugares donde almorzar o refrescarse, y algunos museos tan pintorescos como la propia localidad.

Villajoyosa

Esta localidad pesquera, muy cerca de Benidorm, es también la cuna de una de las marcas de chocolate más reconocibles del mercado. Aunque no es un «pueblo» en sentido estricto (Villajoyosa es la capital de la comarca), su centro histórico guarda rincones con mucho encanto, y la escena de las fachadas de las casas marineras pintadas cada una de un color es impagable al atardecer. Sus preciosas calas, como la del Conill, la gastronomía basada en el pescado y el marisco o las fiestas de Moros y Cristianos (de Interés Turístico Internacional) son solo algunos de los muchos motivos adicionales para conocer Villajoyosa.

Biar

En el interior de la provincia de Alicante, Biar es el típico pueblo de la montaña alicantina. Su casco antiguo combina la tranquilidad de las calles poco transitadas por vehículos y la monumentalidad de muchos de sus edificios históricos (pues en la Edad Media jugó un papel fundamental como pueblo fronterizo entre Castilla y Aragón). El castillo, la iglesia de la Asunción y los arcos medievales de su centro histórico bien merecen una visita. Por no hablar de su gastronomía, basada en productos de la zona y la caza.

Cocentaina

Situado al norte de Alicante, está marcado por la historia. Ya sea por el lugar estratégico que supuso durante la época preromana como por la dominación musulmana, Cocentaina ofrece una diversidad de edificios históricos. Por ejemplo el Palacio Condal, un edificio civil de estilo gótico-renacentista construido sobre un antiguo edificio musulmán del siglo XII, o el pintoresco barrio musulmán Arrabal, construido alrededor de una mezquita, que todavía conserva casi intacto el trazado antiguo.

Pero si vas a visitarlo este verano, no te puedes perder la fiesta de moros y cristianos, que se celebra la segunda semana de agosto, donde ataviados con sus trajes, los festeros salen a la calle para desfilar.

Guardamar del Segura

Si lo que más te gusta en verano es la playa, el municipio costero te ofrece once kilómetros de arena fina, sol y mar. Las playas más transitadas son la Centre y la Roqueta, mientras que las más selváticas y solitarias son las de els Tossals, el Camp y les Ortigues. Además su naturaleza se compone de diversos ecosistemas formando un paisaje único. La costa está decorada por una hilera de dunas de norte a sur que forman un bosque litoral. El río Segura, la Huerta, el parque Reina Sofía o La pinada son algunos de los espacios naturales que vale la pena visitar.