Fernando Llopis - El último liberal

El PNV contra Galáctica estrella de combate

«Algún día deberemos plantearnos cambiar esa ley electoral, para evitar que unos pocos expriman a muchos»

Aitor Estebán (PNV) con Mariano Rajoy JAIME GARCÍA

Los cylones eran una especie de raza robótica empeñada en acabar con la humanidad en la serie de televisión «Galáctica estrella de combate». Todos aquellos que asistimos entusiasmados al estreno de «La guerra de las galaxias» no podíamos dejar de ver aquella serie con la que tantas cosas compartía, de hecho, fue demandada por plagiar los diseños de algunas naves. Todo empezaba con una traición. Adar, el presidente de los humanos, celebraba con el conde Baltar los acuerdos de paz logrados, cuando las naves de los cylones, que habían comprado a Baltar, aparecían de súbito arrasando todo a su paso. En cierta forma, el expresidente Rajoy me recordó al pobre Adar cuando se dio cuenta que aquellos a los que había tratado mucho más que generosamente, los nacionalistas vascos, le habían vendido como hizo el conde Baltar a los humanos.

Cuando Adar ve las primeras naves de guerra cylones en el horizonte y le preguntan si les deben disparar, el conde Baltar le sigue engañando hasta el final diciéndole que seguramente sería un comité de bienvenida. Rajoy, que había bromeado con el portavoz del PNV con la bromita de “Si quieres grano Aitor te dejo mi tractor” y que garantizaba esa aportación extraordinaria a la comunidad gobernada por el PNV, siguió esperando que las naves cylones fueran el comité de bienvenida. Una semana más tarde abandona la política y todavía se desconoce quién guiará en busca de la tierra prometida a los restos de su partido.

No es la primera traición que el PNV comete en su historia . Creo que lndalecio Prieto, uno de los líderes del gobierno republicano durante la guerra civil, todavía está esperando que lleguen los gudaris vascos en apoyo de la defensa de Santander. Algunos historiadores afirman que cuando vieron a lo lejos aparecer al primer soldado nacional, el PNV pensó que aquella guerra no era la suya y empezó a pactar con los italianos una rendición honrosa, dejando intacta toda la industria pesada vizcaína a los alzados. Parece que Franco no se fio del todo hasta que pudo comprobar lo traidores que podían ser algunos, aunque seguro que le vino muy bien para ganar la guerra, pero seguro que pensó “Cáspita vaya tropa”.

Aitor Estebán (PNV) con Mariano Rajoy ABC

Mucho más reciente es la ayuda que prestó el PNV a los partidos cercanos al terrorismo etarra, cuando tras el cobarde asesinato de Miguel Angel Blanco, toda la sociedad por fin se había alzado indignada de forma unánime contra el terror. El PNV llegó para salvar a Herri Batasuna en el peor momento de esta, retrasando el final de ETA unos cuantos años más . Ya se sabe, puede que no quisieran que cayesen aquellos que movían el árbol para que los del PNV pudiesen recoger las nueces.

Y yo, que quieren que les diga, que ya estoy algo harto de que estos sigan recogiendo las nueces a costa de los demás gracias a una ley electoral que les beneficia enormemente y por supuesto, a los acuerdos que han tenido con PSOE y PP, siempre pagados a coste de oro. Algún día deberemos plantearnos cambiar esa ley electoral, para evitar que unos pocos expriman a muchos. Pero es complicado, hasta los del PP, que se habían puesto gallitos amenazando con enmendar el presupuesto y redistribuir lo que le dieron de más al País Vasco, han reculado y vuelven con la cabeza gacha como Cagancho en Almagro.

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