Política

Compromís ahonda en la crisis de Gobierno de Ximo Puig y prepara un relevo electoral para Mónica Oltra

La dimisión por sorpresa del titular de Educación fuerza una remodelación del Ejecutivo valenciano más amplia de la prevista incialmente por el presidente socialista

Vicent Marzà dimite como conseller de Educación para centrarse en Compromís

Imagen de archivo del conseller de Educación, Vicent Marzà, y la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra ROBER SOLSONA
Toni Jiménez

Toni Jiménez

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Ximo Puig tiene entre manos una crisis de Gobierno , anunciada para finales de esta semana, que será más amplia de lo que el propio presidente de la Generalitat Valenciana había previsto para cerrar la legislatura.

Un juego de sillas que, en principio, solo iba a afectar al ala socialista del Consell , en un intento por abrir una nueva etapa y revitalizar el Ejecutivo a un año de las elecciones autonómicas tras la dimisión del portavoz del PSPV-PSOE en las Cortes Valencianas, Manolo Mata, por defender como abogado al presunto cabecilla del caso Azud.

La necesidad de buscar recambio para el puesto de síndic pone el foco en la actual consellera de Sanidad, Ana Barceló , que suena como posible candidata a la alcaldía de Alicante en 2023. Barceló ganaría visibilidad en el parlamento tras el desgaste propio de la gestión de la pandemia. También se contemplan movimientos en Hacienda, Universidades o Territorio.

Pese a que los planes iniciales de Puig no pasaban por una remodelación de las áreas que gestionan Compromís y Unides Podem -las otras dos formaciones al frente de la Generalitat-, el anuncio este miércoles, por sorpresa, de la dimisión de Vicent Marzà como conseller de Educación deja al tripartito ante un nuevo escenario.

Marzà se marcha para «hacer más fuerte» su partido -Més Compromís, conocido anteriormente como el Bloc, dentro de la coalición valencianista- de cara a un tercer pacto del Botànic, por lo que mantendrá su acta de diputado autonómico. «No quiero aprovechar la visibilidad de una Conselleria para, en paralelo, trabajar para cuestiones partidistas», ha argumentado en una rueda de prensa convocada a primera hora de la mañana.

Imagen del conseller de Educación, Vicent Marzà, este miércoles durante la rueda de prensa en la que ha explicado los motivos de su dimisión ROBER SOLSONA

Tampoco tiene «ambición personal», ha asegurado, de ser candidato a la Generalitat Valenciana el año que viene. «Esas decisiones son colectivas», ha apuntado tras ser cuestionado sobre si sería el relevo de Mónica Oltra como cabeza de cartel de Compromís. Oltra, según ha explicado Marzà, fue «de las primeras personas» que conocieron su decisión pocas horas antes de hacerse pública su renuncia al puesto que ocupa desde hace siete años.

La vicepresidenta -ha añadido la secretaria general de Més, Àgueda Micó- tiene el apoyo de la coalición y «se ha ganado el derecho a decidir sobre su futuro político». Un futuro incierto y condicionado -pese a que la dirigente se niega a apartarse- a lo que decida el Tribunal Superior de Justicia en las próximas semanas.

El TSJ valenciano estudia si imputa o no a Oltra por la gestión que la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas hizo sobre los abusos a una menor tutelada por parte de su exmarido, en una causa que investiga ya a trece cargos y funcionarios de este departamento.

El dardo que la titular de Justicia, la socialista Gabriela Bravo , lanzó este martes a la líder de sus socios sobre su hipotética dimisión -tras jornadas de tensión por la falta de acuerdo respecto al requisito lingüístico- fue contundente: «Yo desde luego en una situación, más allá de responsabilidades penales, en la que pudiera comprometer la credibilidad de la institución a la que represento, me lo plantearía ».

Unas declaraciones «desafortunadas e impropias de una compañera de coalición», que «tienen un tono electoralista», ha lamentado Micó. El mismo cariz que adquiere ahora el movimiento de Marzà. Pese a su defensa pública de una de sus figuras más importantes, en Compromís saben que necesitan buscar otros liderazgos si Oltra no está en la mejor situación para repetir como candidata a la presidencia autonómica.

Imagen de archivo de Vicent Marzà, Ximo Puig y Mónica Oltra, en mayo de 2017, en las Cortes Valencianas ROBER SOLSONA

Cautela ante el empuje de la derecha

De momento, no se prevén cambios en el recien remodelado grupo parlamentario, que «está bien como está». El nombre de Vicent Marzà, aunque «nunca» ha querido ser síndic, ya estuvo encima de la mesa hace unos meses tras la renuncia de Fran Ferri, aunque finalmente se apostó por Papi Robles como sucesora. Es uno de los consellers que se mantienen en su cargo desde 2015 y sus políticas lo han convertido en un referente para la izquierda y un objetivo clave de la derecha por su perfil nacionalista.

De hecho, su gestión no ha estado exenta de polémica: la tribunales han tumbado varias de sus decisiones, como el primer decreto de pluriligüismo, por considerarlo discriminatorio contra el castellano. Pese a ello es, junto al diputado nacional Joan Baldoví y el alcalde de Valencia Joan Ribó, una de las pocas bazas con tirón electoral de Compromís. Dirigentes del partido no ocultan, en privado, que sería un buen candidato a la Generalitat Valenciana ante el desgaste de Oltra y el temor a un cambio de ciclo político por el impulso de PP y Vox en las encuestas.

A la espera de que Ximo Puig anuncie cómo queda el Consell que preside - se espera que antes del próximo martes -, una de las ramas mayoritarias de Compromís ya ha movido ficha para reforzarse de cara a lo que viene. La cuenta atrás para la apertura de los colegios electorales ha comenzado antes de lo esperado.

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