A colación del centenario del Valencia: fútbol y literatos

Soy valenciano y valencianista, al borde de la línea roja donde entras en la cuarentena. Se supone que uno ya ha madurado, aunque mantenga un espíritu rebelde y joven. Cuando físicamente te encuentras mejor que hace quince años, por lo que se supone que entras en una de tus crisis existenciales que te da el camino de la vida.

Nació mi segundo hijo este 14 de marzo. Aún te queda el frikismo de que cuatro días más tarde habría venido al mundo el mismo día del centenario del Valencia Club de Fútbol . Pero bueno, es una de esas cosas que no puedes controlar y un padre menos todavía.

Cansado, y aburrido de escribir de política, y de interminables campañas electorales, esta semana he querido recordar, tras los emocionantes actos del centenario del club, cosas a destacar de mi relación con el equipo de Mestalla. Una relación de amor y lealtad que también incluso llegó desde la obsesión hasta la indiferencia. Uno de mis principales recuerdos viene de un viejo vecino de mis padres, que fue directivo del club, don Guzmán Zamorano , que en paz descanse, que me regaló por mi comunión, allá por el año 87, visitar el vestuario de Paterna de la recién inaugurada Ciudad Deportiva y hacerme una foto con los ya míticos Bossio, Fernando, Ferrando, Roberto, Nando, Arroyo, Arias, Giner, Reverte, Fenoll, Antonio, que era el portero, y el emblema de aquel equipo que era el argelino Madjer.

También tengo en la retina el ascenso de la segunda división , preguntar camino de misa, un domingo por la tarde, en la calle Sorní a un joven que iba ataviado con un chaleco vaquero lleno de parches del Valencia y unos banderones gigantes, si habíamos ganado esa tarde al Recreativo de Huelva. Dos a cero me dijo. O las clásicas tardes de radio en los asientos de atrás del elegante Rover 2600 matrícula V 1288 BS. O los caminos de vuelta a casa desde Mestalla donde nos cruzábamos con don Melchor Hoyos , que ni corto ni perezoso nos saludaba todos los findes de semana de partido en casa y comentaba lances del partido a nosotros, un par de mocosos escolares.

La juventud y la relación con el club me hizo conocer a grandes personas con las que continúa tal vínculo de amistad. Carmel Roda y Pepe, espíritus del movimiento «Últimes Vesprades a Mestalla», con varios libros excelentes y solidarios. Donde tuve el honor de poder participar en uno de ellos y ahora han presentado “los 100 del centenario” del autor Sergi Calvo . Rafa Lahuerta y Pedro Nebot , fundadores de Gol Gran, buenos literatos. El primero con el gran libro “baladas del bar Torino” y el segundo, al que podemos leer sus excelentes y ácidas columnas semanales en Valencia Plaza, siempre vinculadas a nuestra ciudad. Gol Gran era una explosión folklórica de colorido y carácter mediterráneo donde su fanzine los días de partido era una delicia donde se cuidaba la historia del club y sus efemérides, al igual que sus pancartas los días de partido. Y por último, Miquel Nadal Tárrega , con su último libro “Somiar Gols / Soñar Goles”, una bonita manera de acercar el fútbol a los más pequeños a través de cuentos.

He tenido la suerte de encontrar a estos señores y a muchas personas más por el camino, con todos un mismo nexo de unión, algo más que un club de fútbol que acaba de cumplir 100 años de historia y la que le queda…¡Gracias!