Carne trémula

Una sociedad mercantil de capital mixto –con participación de socios privados y de una administración– no es una empresa pública, como quiere hacernos creer la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra. Si un tercio del capital de esa empresa está en manos de particulares, hablamos de una sociedad mixta. Y si se eliminan las ayudas nominativas a particulares de los Presupuestos para evitar el «clientelismo» –que es mucho decir cuando hablamos de Cruz Roja o Cáritas, afectados por esta decisión– y apostamos por la concurrencia competitiva, apostamos. Que los 140.000 euros de todos los valencianos que en las cuentas de 2016 se han consignado a favor de Carns de Morella S.L. –como todos nuestros lectores saben gracias a las informaciones exclusivas que está ofreciendo ABC

–, para un supuesto proyecto piloto, se pongan a disposición de aquel matadero que presente el mejor proyecto piloto. No se me ocurre mejor manera de evitar «clientelismos» y lograr que ese dinero sirva, de verdad, para potenciar el suministro de carne ecológica de la Comunidad.

Cuestionar que el Consell otorgue esos 140.000 euros precisamente a un matadero del pueblo natal de su presidente, creado por el Ayuntamiento cuando el presidente era alcalde, en un momento en el que la empresa mixta (no pública), con setenta socios privados del pueblo natal del presidente, atraviesa serias dificultades económicas, no son «tonterías», como dice Ximo Puig, que no quiere debatir del asunto en las Cortes. O, al menos, no se lo parecen a su socio parlamentario, Podemos, que controla desde la distancia el cumplimiento del Pacto del Botánico que lo encumbró. Un pacto con cuyo supuesto espíritu no casa demasiado esta ayuda.

Que Podemos no haya enmendado aún la ayuda no quiere decir que no vaya a hacerlo (el plazo se abre el lunes, señora Oltra). Así lo anunció su líder, Antonio Montiel, en conversación con ABC el pasado jueves. Y si finalmente no lo hace, quizá nos dé las explicaciones al respecto que no quiere dar Puig.