David Martínez - FIL DE VINT

Anomalía democrática

«Joan Ribó no ha atendido a ABC desde que llegó a la Alcaldía de Valencia»

David Martínez
VALENCIA Actualizado: Guardar
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Yo entiendo que al alcalde de Valencia, Joan Ribó, no le guste ABC. Como no les gusta a sus concejales, ni a otros muchos dirigentes de Compromís e incluso del PSPV.

Cuando la coalición nacionalista se dio cuenta, la misma noche electoral del 24 de mayo de 2015, de que la aritmética situaba al veterano comunista de Manresa como alcalde de la capital del Turia (gracias al PSOEy la marca blanca de Podemos), sus acólitos pintaron con letras bien grandes en el suelo de la plaza del Ayuntamiento –donde tenemos nuestra oficina– «València alliberada». Que la derecha hubiera gobernado durante 24 años la tercera ciudad de España era considerado una anomalía democrática, porque la democracia solo es tal cuando gobierna la izquierda.

Es desde esa óptica del libertador desde la que hay que entender que a JoanRibó no le guste ABC. Ahora gobiernan ellos –los que siempre debieron gobernar–, los que «rescatan personas». Y nos han liberado de los corruptos y reaccionarios que, no se sabe bien cómo, llevaban ganando elecciones más de dos décadas –y que, de hecho, también ganaron las últimas, aunque sin mayoría absoluta–.

Ahora se «respira mejor», en feliz  eslógan axiomático del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, seducido por la dialéctica de su vicepresidenta, Mónica Oltra. La «emergencia social» que nos atenazaba antes de las elecciones autonómicas ya ha sido superada por el simple hecho de que haya un alcalde de Compromís. Misión cumplida.

Dado que esto es así, y no admite discusión –y aquellos que lo discutan se arriesgan bien a ser ridiculizados, bien a ser tildados de «fascistas»–, entiendo perfectamente que a Joan Ribó no le guste ABC. Entiendo que no le guste que haya un medio de comunicación que, en lugar de loar sus maravillas, aporte una visión crítica sobre la gestión municipal.

Un medio que le recuerde que, además de valencianos castellanoparlantes, en la tercera ciudad de España circulan miles de turistas nacionales y extranjeros que no entienden los mensajes de tráfico si se escriben exclusivamente en valenciano. O que le haga notar que, según todos los que entienden algo de la materia, el Veles e Vents no es el lugar más indicado para acoger refugiados sirios.

Entiendo que no le guste que destaquemos que, mientras repiten una y otra vez eso de «rescatem persones», el Ayuntamiento retira su apoyo al Banco de Alimentos (que sí que sabe un rato de rescatar personas), sin haber ofrecido aún una alternativa. O que ha dejado vencer sin renovar el convenio con un albergue, el de la Ciudad de la Esperanza, que da cobijo cada noche a cincuenta personas sin hogar. O que las colas de quinientas personas en busca de un bocadillo se siguen repitiendo pese al cacareado rescate.

Asumo, incluso, que no le guste que pongamos en duda lo oportuno de su apoyo a una cabalgata laica con «magas» para rememorar un desfile republicano celebrado en plena guera civil –para sustituir, ese sí, a la Cabalgata de Reyes prohibida por Largo Caballero–. Un desfile plagado de referencias anticlericales y panegíricos a Stalin. ¡Qué dechado de valores democráticos, Josef Stalin!

Lo que no puedo entender es que, con todo y con eso, el alcalde de la tercera ciudad de España no haya concedido aún una entrevista a ABC casi siete meses después de su toma de posesión, pese a las reiteradas solicitudes por parte de este medio. Y que, mientras hurta a los lectores del segundo diario nacional más vendido de la Comunidad Valenciana (sí, el segundo) la posibilidad de conocer directamente sus ideas para gestionar la ciudad, se dedique a contestar en Facebook a las informaciones que no le gustan.

Quizá su concepción de la política le impida caer en la cuenta. Pero eso, señor Ribó, sí que es una anomalía democrática.

dmartinezjorda@abc.es

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