Las elecciones generales ponen a la CUP al borde de la escisión

La formación antisistema decidió no presentarse a los comicios pero una de sus facciones tiene la inteción de ir al Congreso

La CUP, hasta ahora alejada de la guerra fraticida en el seno del independentismo, ve amenazada la «unidad popular»

Dirigentes y diputados de la CUP PEP DALMAU

Miquel Vera

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La CUP ha vivido las horas más turbulentas del «procés» alejada de las luchas caínitas que día a día sacuden las entrañas del independentismo. Sin embargo, esta etapa mirando desde la barrera los reproches que se cruzan Puigdemont y Junqueras o la ruptura interna del PDECat parece haber acabado. Ahora, el partido antisistema amenaza con quebrarse al calor de su eventual candidatura a las elecciones generales del 28-A.

La formación anticapitalista, que agrupa varios partidos y organizaciones de corte comunista, antisistema o «antifacista», decidió este domingo decir «no» a su presencia en el Congreso en una reunión, (que apenas duró una hora) celebrada en Barcelona. Según argumentaron desde la CUP (Candidatura de Unidad Popular) no estaban en condiciones de ofrecer una lista «auténticamente rupturista» con el Estado. Plegaron velas y decidieron centrarse en su presencia en el mundo municipal.

Sin embargo, Poble Lliure (Pueblo Libre) -uno de los pequeños partidos que integran la coalición antisitema de Anna Gabriel- anunció ayer su intención de acudir a las urnas con una lista propia que convoque el voto independentista más radical. «Hace falta una alternativa electoral que permita a los catalanes movilizados emitir un voto sólido, netamente republicano y de izquierdas, y útil, porque servirá para en la ruptura respecto al régimen y no para maquillarlo», afirmaron en un comunicado que no gustó nada en la dirección de la CUP.

La reacción del partido independentista-radical -que llegó a obtener diez diputados en el Parlamento catalán en las elecciones de 2015- fue contundente e inmediata. Decidió activar sus «mecanismos» de debate para articular una respuesta firme a una decisión que calificaron de «trascendental» para la unidad del independentismo «popular y de izquierdas» que dicen representar. «Afecta directamente al marco de relaciones establecido hasta ahora», añadieron. Campanas de ruptura entre la facción más «nacionalista y moderada», que representa Poble Lliure, y la más antisistema y comunista, agrupada alrededor de Endavant-Osan.

De la ruptura unilateral al Congreso

La decisión de Poble Lliure, marca prácticamente desconocida para el común del electorado catalán, podría responder a distintas situaciones paralelas. Por un lado, al hecho de que buena parte del independentismo empieza a considerar que una eventual secesión ya no pasa por la «unilateralidad» que se abanderó hasta el 1-O sino a través de las instituciones del Estado. Es la línea de ERC y de una parte del PDECat. No obstante, la decisión de Poble Lliure también evidencia como el desembarco a la política tradicional -paso que iba a ser «temporal», según afirmaban hace años partidos como al CUP- está mutando en una cierta afección institucional que tendría en la llegada de diputados «antistema» al Congreso su prueba más evidente.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación