La Generalitat cumple por segundo año con el límite de déficit

Confía en volver pronto a los mercados pese a tener el peor «rating» ente las comunidades autónomas

Quim Torra y sus consejeros Pere Aragonès (Economía) y Elsa Artadi (Presidencia) INÉS BAUCELLS

Àlex Gubern

Por segundo año consecutivo, la Generalitat cerró el ejercicio cumpliendo con el objetivo de déficit marcado por el Ministerio de Hacienda. Según comunicó ayer el departamento de Economía, la administración catalana, a partir de los datos provisionales de la Intervención General de la Generalitat, cerró 2018 con un déficit del 0,38 % , por debajo del 0,4 % del PIB fijado por el Gobierno como tope para las Comunidades Autónomas.

Aunque los datos definitivos los dará a conocer la Intervención General del Estado a finales de marzo, las cifras aportadas por la Consejería de Economía señalan que en relación a 2017 Cataluña redujo su déficit en 0,18 % puntos (371 millones de euros) , pasando del 0,56 % (1.244 millones) del ejercicio anterior, al 0,38 % (873 millones) de 2017. La Generalitat recuerda que si se toma como referencia 2010, cuando el déficit alcanzó un máximo histórico del 4,48 % (9.100 millones), el ajuste supera el 90 %, con una reducción en términos absolutos de 8.227 millones.

Desde este mes de enero, y gracias al cumplimento del objetivo de déficit, la Generalitat ya no se financia a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) sino con el Fondo de Facilidad Financiera (FFF), que implica un control más laxo por parte del Estado, y al que este año se prevé pedir un total de 8.071 millones. El límite de déficit autorizado este año para las CC.AA. es del 0,1 % del PIB. La Consejería de Economía, encabezada por el vicepresidente Pere Aragonés (ERC), confía en que el paso del FLA al FFF sea el prólogo para que la Generalitat pueda comenzar a financiarse en los mercados. Pese a esta voluntad, y la mejora objetiva de las cuentas públicas catalanas, Cataluña sigue siendo la única Comunidad Autónoma cuya deuda sigue calificada por todas las agencias como «bono basura», lo que entorpece sus deseos de desligarse del paraguas de la financiación estatal y emprender su salida independiente a los mercados.

Desde el ejecutivo catalán, y en relación al ejercicio de 2018, se precisa que es el tercer año en que las finanzas de la Generalitat presentan una situación de superávit estructural primario, que implica que descontando el efecto del ciclo económico sobre las finanzas y el pago de intereses, las cuentas catalanas están en situación de superávit.

La reducción del déficit catalán se explica de manera principal por un incremento de los ingresos no financieros de 917 millones respecto a 2017 (un 3,8 % más), gracias sobre todo a los mayores recursos de los anticipos del modelo de financiación autonómica.

Por lo que respecta al capítulo del gasto, el incremento es del 2 % (aumento de 502 millones), con unas obligaciones reconocidas de 25.721 millones . El gasto de personal creció un 4,2 % debido a los incrementos retributivos y al incremento de plantillas del Instituto Catalán de la Salud y de profesores. El gasto corriente sube un 1,2 % por el incremento de gasto en conciertos sanitarios y compra de servicio sanitarios y medicación hospitalaria. Las transferencias corrientes se incrementan un 1,6%.

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