El Museo Picasso descubre el estallido artístico durante la Primera Guerra Mundial

La comisionada de cultura Berta Sureda tenía razón ayer cuando dijo que Bernardo Laniado era el protagonista de la rueda de prensa de presentación de la programación 2016. El actual director del museo tomó el micrófono para diseccionar las actividades y una hora después declaró tímidamente que «no tengo decidido si participaré en el concurso de director del Picasso el próximo mes de junio cuando se acabe mi mandato».

Laniado añadió que «el trabajo de un director de un museo no se hace en cuatro años porque son proyectos de larga duración, y especialmente en un museo de ámbito internacional como es el Picasso».

A vueltas con la agenda, la estrella del museo de los próximos meses será la exposición «Cubismo y guerra.

El cristal en la llama» que centra la mirada en la supervivencia de la vanguardia artística europea afincada en París durante la Primera Guerra Mundial. «Cerca de ochenta obras realizadas entre 1913 y 1919 viajarán a Barcelona del 20 de octubre de 2016 al 29 de enero de 2017», avanza Laniado. Los artistas centrales son Picasso, Juan Gris y Diego De Rivera pero también participan María Blanchard, Gino Severini, Jacques Lipchitz, Matisse, Braque y Léger. «Estos artistas responden a la guerra con un estallido de energía», puntualiza el director.

Otra de las buenas nuevas es la colaboración con la National Portrait Gallery de Londres. Esta institución británica inaugurará en octubre 2016 la exposición «Picasso Retratos» que viajará en marzo 2017 a Barcelona. «Esta recopilación redefine los parámetros establecidos del concepto del retrato en Picasso», destaca Laniado.

Otro de los compromisos internacionales es el intercambio de obras con el Louisiana Museum of Modern Art (Hummlebaek. Dinamarca). A cambio de prestar veintisiet dibujos de la colección para organizar «Picasso antes de Picasso» que se expondrán en Dinamarca, el Picasso ha recibido en depósito tres grandes obras del último periodo de Picasso, pintadas en 1959, 1961 y «El jugador de cartas» de 1971, que se colgarán la próxima semana.

El presupuesto de este año es de 8,94 millones de euros (350.000 más que en 2015), y que más del 91 % de los ingresos se generan por el propio Museo. La aportación del Ayuntamiento de Barcelona es de 750.000 euros, algo más del 8 % del presupuesto.