Los restaurantes de Sostres

El futuro asegurado

«A Teo nunca acabaremos de conocerle del todo, ni de saber exactamente qué piensa, pero hay algo de él que sí sabemos: que nos quiere»

Restaurante La Lonja ABC

Salvador Sostres

Sin grandes ni molestos cambios, porque Teo es gallego y administra la realidad a su manera, que sólo él sabe exactamente cuál es, La Lonja ha afinado en los últimos meses su apuesta gastronómica. Ya no sólo ofrece uno de los mejores mariscos y pescados de Barcelona, y algunos platos de la cocina más tradicional: también la trufa ha llegado a la casa, sobre un huevo y una tostada; los guisantes duros y pequeños como pezones de aquellas chicas que alguna vez nos quisieron, hace mucho, demasiado tiempo, y hasta el caviar, servido solo, como tiene que comerse el caviar: a cucharadas.

También Hugo, el hijo de Teo, se ha incorporado definitivamente al negocio y lo ha hecho crecer en la parte alcohólica: la carta de vinos es cada vez mejor, así como el surtido de whiskies, ginebras y hasta tónicas.

Son matices que para nada desnaturalizan la esencia de La Lonja, sino que le dan profundidad, continuidad. Podríamos decir que el restaurante ha aprendido a sacar más y mejor provecho de sus virtudes, y a ofrecer a sus clientes un repertorio un poco más amplio, basado siempre en el talento natural de la casa. También el servicio ha mejorado, haciéndose más completo, y además de Teo, que va a su ritmo y hace lo que le parece a cada momento, sin que nada de lo que ocurre a su alrededor logre inmutarle lo más mínimo, Hugo y Marta atienden a los clientes con una amabilidad y hasta un cariño que nos viene muy bien -para qué vamos a engañarnos- porque estando las cosas como están, es muy reconfortante que alguien se acuerde de tratarnos con algunas gotas de ternura.

El rabo de toro ha alcanzado un nivel de insólita finura, y la paella, de la que nunca les había hablado, porque no soy muy de pedir paella, es extraordinaria. Intensa, en su punto exacto de cocción, y hecha lógicamente con los pescados y mariscos de primerísimo nivel de la casa. También los callos y las fabes están perfectamente ejecutados.

A Teo nunca acabaremos de conocerle del todo, ni de saber exactamente qué piensa, pero hay algo de él que sí sabemos: que nos quiere. De modo que nada puede salir mal en La Lonja, sobre todo ahora que con Hugo, la casa ya tiene asegurado, y bien asegurado, su futuro.

No cierra al mediodía.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación