Aires nuevos para la Aida de siempre

El Liceo de Barcelona repone la producción de Mestres Cabanes integrando la capoeira en las partes bailadas

La puesta en escena recupera los murales de efecto tridimensional de Mestres Cabanes A. BOFILL

Pep Gorgori

El escenógrafo Josep Mestres Cabanes creó en 1945 una escenografía para la «Aida» de Verdi a base de papel, pintura y su excelente técnica para crear sensación tridimensional. El montaje fue tan bien recibido por el público del Liceo de Barcelona que hoy, 75 años después, aún se repone para deleite del público: se estrena este lunes, las funciones duran todo el mes y las localidades están ya prácticamente agotadas.

Para tener una idea de la dimensión histórica del montaje, basta señalar que en el programa de mano del estreno -el 18 de diciembre de 1945- se anunciaba para dos días después la «presentación» de la «célebre artista» Victoria de los Ángeles. Toda una exageración bien encaminada, ya que la soprano catalana tenía entonces 22 años, había terminado poco antes los estudios y aún no había debutado ni en el Covent Garden, ni en París ni en Bayreuth –habría que esperar aún tres lustros para esto último–. Cuando todo esto sucedía, los decorados de Mestres Cabanes ya estaban ahí.

No es de extrañar, pues, que los artistas que revivirán esta Aida estén emocionados . El director musical, Gustavo Gimeno, asegura estar «enamorado» de esta producción «moderna, fascinante». El director de escena encargado de renovar el movimiento de cantantes y bailarines a través de los decorados de papel es Thomas Guthrie, que asegura compartir con Mestres Cabanes el objetivo de «explicar una historia en el teatro a través de la música». «Para mí ha sido una alegría trabajar con estos escenarios, no porque sean históricos, ni porque sean bonitos, que lo son, sino porque permite crear esta ilusión», afirma.

Pese a la limitación que supone tener los decorados hechos de antemano, Guthrie asegura que el resto es «todo nuevo» gracias a la iluminación y al movimiento escénico. Especialmente en las partes de ballet, donde los episodios bélicos se han identificado con movimientos de capoeira, el arte marcial brasileño que combina danza y acrobacias con música.

Angela Meade, que encarna a Aida, celebra que su debut en el papel y en el Liceo sea con una puesta en escena «clásica». «Si necesito leer las notas para saber lo que pasa en el escenario, es que la propuesta no funciona», espeta. Ahora bien, el papel pintado no simplifica la tarea de los cantantes. Meade ha constatado en los ensayos que «desde dentro del escenario tienes la sensación de que está completamente vacío, apenas tienes referencias».

Los escenarios de Mestres Cabanes, con todo, han acusado el paso del tiempo. El director artístico del Liceu, Victor García de Gomar, asegura que esta sí que puede ser la última vez que se vean en el escenario porque «se han encontrado deterioros importantes». Es un aviso que se ha formulado ya otras veces, pero «ahora estamos en una encrucijada y tendremos que decidir si acometemos una restauración profunda o definitivamente la cedemos a un museo». Desde 1945, de las veintidós Aidas que se han visto en el Liceu, la mitad han sido con estos decorados. Esta vez será la primera que el trabajo de Mestres Cabanes se podrá ver en directo y en todo el mundo, gracias a la retransmisión en cines que se hará de la función del día 22 de enero.

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