Salvador Sostres - Todo irá bien

Preferimos la velocidad

«La primera y casi única misión de los hombres decentes es defender a los genios, porque de ellos depende que la Humanidad pueda continuar avanzando»

F. T. Marinetti EFE

Salvador Sostres

Yo no leo y mucho menos libros. Pero ayer, siguiendo la pista de un artículo de Miguel Sen, fui a parar a La cocina futurista, de Marinetti . Qué libro tan extraordinario. Lo leí de un tirón hasta llegar al 30% del texto, según el indicador de mi iPhone. Entonces me dormí, porque leer me aburre profundamente aunque sea a Marinetti. Pero ya tenía el artículo perfectamente delimitado y en cuanto me desperté de las varias horas de descanso que necesité para recuperarme de haber leído tanto -¡más de 30 páginas!- me puse enseguida a escribir. Primero tuve que ducharme, pero no para despejarme del sueño, sino de la lectura. Como diría una de esas mujeres, me sentía sucia. En realidad Miguel detesta a Marinetti y el artículo es contrario. Hay algo que suele irritarme de Sen y es que querría descuartizarle por las tontas teorías que sostiene en sus artículos pero cuando los leo no puedo dejar de reconocer que están bien escritos, y que sabe de lo que habla, aunque sus ideas sean contrarias a los intereses de la Humanidad y no puedan más que causar toda clase de disgustos al hombre libre. Me costó 8 euros y un minuto hacerme con La cocina futurista y fue un homenaje a Marinetti hacerlo a través del teléfono, sin tener que soportar la humillación -añadida a la de la lectura- de sostener en las manos un objeto tan obsoleto como un libro. ¿Qué se puede esperar de una cosa que no se ilumina? Marinetti es el pensador más importante de la modernidad y sin él no conoceríamos ninguno de los prodigios que hoy alumbran al mundo . Desde la cocina de Ferran Adrià hasta el iPhone, todo surgió del espíritu de Marinetti, de su violencia, de su velocidad. En su fascinación por la máquina, por la metáfora de la máquina, por el hombre puesto en la tensión de la máquina, está el resumen de lo que nos hace felices y nos da sentido. Es estúpido intentar desacreditarle porque fuera fascista, aunque lo fuera, y qué. Es de perdedores medir a los genios por sus errores . En los ataques a Marinetti veo siempre opiniones distintas a la suya pero ningún talento que se le pueda comparar. Marinetti tuvo el valor de correr directo contra el muro y de romperlo. La cocina futurista sienta las bases de la mejor cocina del mundo y Ferran Adrià empezó a concretarla 50 años más tarde. Cocinó Ferran con la misma violencia que Marinetti, directo contra el muro y derribándolo igualmente. Con la misma velocidad, y detractores tuvo también muchos, y Santi Santamaria le acusó de intoxicar a la gente con su cocina. Puede que Ferran haya perdonado a Santi por lo que le hizo, y me parece bien, pero yo no. No pretendo hacerme el héroe ni ir de más ferranista que Ferran, que lo soy, pero no me hacen falta cadáveres para justificarme. «Preferimos la velocidad», yo también, querido Marinetti. No sé si es que no me explico bien, y yo creo que me explico muy bien, pero aún algunas veces tengo que repetir que lo de Ferran no es porque sea mi amigo, que lo es. Bueno, claro que es porque somos amigos, pero si no lo fuéramos también habría dedicado mi vida, como un honor, a insultar a Santamaria. Porque Ferran es un genio, el genio vivo más importante de nuestro tiempo aunque haga ya 9 años que no cocine, y la primera y casi única misión de los hombres decentes es defender a los genios, porque de ellos depende que la Humanidad pueda continuar avanzando , y entonces claro que Ferran es mi amigo, pero protegerle no sólo es un deber de la amistad sino del simple hecho estar vivo. Y morir no es una disculpa, eso también tendríamos que dejarlo claro. A Ferran nadie le ha llamado fascista, que yo sepa, y no quiero dar ideas, y a Marinetti se lo llaman todavía porque su importancia intelectual va inevitablemente unida a lo incómodo que resulta plantearte tu vida y tú negocio y tu relación con los demás y con las cosas admitiendo que Marinetti tenía razón y comer pasta «produce el típico escepticismo, pesimismo, inactividad nostálgica y neutralismo». Es más fácil llamarle fascista y comer pasta. O estofados. Arcadi Espada dice del sofrito lo que Marinetti dice de la pasta. A Arcadi también le llaman fascista, y a veces cuando hablamos pienso: mira, dos fascistas hablando, y es bastante divertido. La cocina futurista es un manifiesto total contra la cursilería, contra lo retórico, contra lo que está muerto y el futurismo barrió dotando a los hombres de la sed correcta, de las ansias que nos han hecho quienes somos y nos han dado lo mejor que tenemos . Somos el sueño imperfecto y algo mediocre de Marinetti, salvo Ferran, que no sólo es quien mejor ha encarnado el sueño futurista sino que mejoró sus recetas, porque aunque las poderosas ideas de este libro son las que han fundado nuestra era, hay que reconocer que la mayoría de los platos que se ponen de ejemplo son de muy dudosa solvencia. El Bulli llevó el sueño de Marinetti a otro sueño. Y el próximo genio que dé el mundo soñará desde lo que Ferran y Marinetti hicieron y soñaron, y así sucesivamente. En cada descubrimiento del mundo estará la sombra de Marinetti, que nos puso en movimiento. Somos lo que Marinetti imaginó y es de desagradecidos y de cobardes no rendirle homenaje, y además la cuchillada trapera de insultarle. Siempre es así, de todos modos, y en lo que escribe Marinetti, entre los huecos de sus puñetazos y de su ingenio, está comprendida esta miseria, y aceptada sin acritud. La cocina futurista es un libro sobre la inteligencia, una conversación con mi hija cuando le explico que su inteligencia y decidir el nombre de cada cosa es la mejor arma y casi nadie la posee, y que ganar es lo contrario de perder y que sólo empatas cuando tomas una posición y la regalas, y que si no somos capaces de hacer algo distinto, al final no somos capaces de hacer nada . Pocas defensas del talento han sido tan brillantes y talentosas como la de Marinetti. Escribe y es un ejército: «nuestra cocina futurista, regulada como un hidroavión de alta velocidad», con su propósito de «modificar radicalmente la alimentación de nuestra raza, fortificándola, dinamizándola y espiritualizándola con novísimas viandas en las cuales la experiencia y la fantasía sustituyan económicamente a la cantidad, la banalidad, la repetición y el costo». Y de este modo, en 1931, vaticina proféticamente El Bulli, que no llegó hasta 1980: «Nace con nosotros, los futuristas, la primera cocina humana, esto es, el arte de alimentarse. Como todas las artes, ella excluye el plagio y exige la originalidad creativa». Se refiere a sí mismo como «el poeta Marinetti», en tercera persona, y su ego descomunal y su vanidad apoteósica son del tamaño, como así tiene que ser, y este hombre quiere reformular el mundo y lo consigue, como Vicente Huidobro en Altazor, sobre todo en el prefacio y en el Canto I. Fueron hombres de una naturaleza distinta, de una visión prodigiosa. No copiaron. Es decir mucho. Su generosidad sólo puede compararse con la de Cristo: y es de hecho la de Cristo, porque también vivieron para nosotros, para redimirnos, y también fueron crucificados, y también hoy, son hijos suyos hasta los que más gravemente les insultan. Tuvieron a Dios de su parte, pero le retaron con su audacia temeraria. Tuvieron el don y lo retorcieron y nunca vivieron tranquilos y tuvieron poco miedo y mucha esperanza . Realmente creyeron que podían hacerlo y con sus propias manos. Hace tiempo que no conozco a nadie que crea que él también puede. Desde que El Bulli cerró no he vuelto a ver que el mundo temblara. Desde que conocí a Ferran no he conocido a nadie más. No sé si me será concedido conocer al próximo, ni si su disciplina artística será una que yo pueda entender. La cocina futurista es un prodigio, un deber, un himno. Leerlo encerrado es recordar lo barato que nos hemos vendido.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación