Oti Rodríguez Marchante - Barcelona al día

Se busca Consejero para comer patata caliente

La urgencia ahora es encontrar a alguien dispuesto a comerse a palo seco la patata caliente mientras que a su alrededor huele a chuletitas de cordero

Oti Rodríguez Marchante
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Podría decirse que la penúltima idea de Carles Puigdemont, esa de nombrar un Consejero del Referéndum, no guarda ni la menor relación visual con esas llegadas al sprint del Tour de Francia, en las que se apelotonan y hasta sacan los codos para entrar el primero. En esa barbacoa llena de chuletitas, butifarras y pasiones que es la celebración del referéndum ilegal, hay una patata caliente que es asumir la responsabilidad de su celebración, y Carles Puigdemont, que ya ve su futuro pensionado en su pueblo, pretende que se la coma Oriol Junqueras, que no piensa precisamente en vivir todavía de la pensión. Y es aquí, en esta fase del proceso, donde adquiere relevancia el concepto “Patrimonio”, que es el mismo por el que el ex consejero de Empresa, Jordi Baiget, había perdido la confianza en Puigdemont y en su obsesión separatista (aunque conste como motivo de su cese justamente lo contrario, que Puigdemont había perdido la confianza en él).

Nadie al sprint, todos más bien silbando y con las manos en los bolsillos.

En fin, que el hábil Junqueras tampoco quiere exponer su patrimonio en la empresa, y exige que sean los Consejeros del PDeCat quienes asuman la responsabilidad, y con ella el riesgo de pagar de su bolsillo la juerga… Lo cual hace aconsejable conocer y medir muy bien en qué consiste el concepto “Patrimonio” y en qué grado les puede afectar. Porque no es lo mismo el significado de ese concepto para Emily Dickinson (“mi patrimonio son mis amigos”) que para Jardiel Poncela (“el patrimonio es un conjunto de bienes, y el matrimonio es un conjunto de males”)… Y patrimonio es lo que tienes, pero también lo que legas (“el mejor patrimonio es un buen libro”)… La urgencia ahora es encontrar a alguien dispuesto a comerse a palo seco la patata caliente mientras que a su alrededor huele a chuletitas de cordero, y no será fácil, como parece lógico e inteligente, pero siempre habrá alguno dispuesto, no sé, quizá el señor Joan Rigol, el inventor del filosófico “derecho a decidir” y experto en asumir compromisos en cargos y patronatos. Desde luego, que no cuenten con alguien listo y que haya leído a Maquiavelo, que decía que los hombres olvidan con más rapidez la muerte de su padre (o el rollito del proceso) que la pérdida de su patrimonio.

Ver los comentarios