Contra

Albert Santin, el camarada catalán de Bielorrusia

Este enfermero de 24 años pisó por primera vez el país que defiende con fervor hace apenas cuatro. Hoy presume de contactos allí, mientras prepara su candidatura a las elecciones catalanas

Santin suele aparecer con traje y corbata. Hace unos días se casó en Minsk, con su prometida, nacida en este país a medio camino entre Rusia y Europa. En la foto, en un acto en Bielorrusia ABC

Miquel Vera

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Existe una reducida lista de países cuyo aislamiento, sistema político e idiosincrasia genera una aura de misterio y fascinación que motiva documentales, libros, películas y hasta teorías de la conspiración. El máximo exponente de este fenómeno es sin duda Corea del Norte , una nación gobernada ininterrumpidamente por la dinastía de los Kim desde 1948. Abuelo, hijo y nieto Kim han logrado convertir un régimen comunista nacido a las puertas de la Guerra Fría en un auténtico búnker con aspiraciones nucleares.

Otro estado que parece congelado en una época pretérita es Bielorrusia . Este país de nueve millones de habitantes ocupaba un discreto segundo plano en la agenda mediática hasta que el pasado verano su presidente, Alexánder Lukashenko , buscó renovarse al frente del cargo que ocupa desde 1994. El exdirigente comunista obtuvo una victoria aplastante (más del 80% de los votos) en las elecciones presidenciales pero la legitimidad de los resultados fue seriamente cuestionada tanto por la oposición como por la comunidad internacional.

Contertulio y tuitero

Como acostumbra a ocurrir en estos casos, la crisis política, las manifestaciones masivas y los directos de televisión motivaron un súbito interés por Bielorrusia y, con este, aparecieron de la nada portavoces y defensores de esta antigua república soviética. Es el caso de Albert Santin , un apuesto enfermero catalán de 24 años que en los últimos meses ha cosechado un notable éxito en las redes y en televisión, donde es contertulio habitual del debate de jóvenes que emite diariamente el canal local Teve.cat.

Santin, líder de un pequeño partido comunista catalán de inspiración soviética, ofrece una imagen cuidada -casi siempre aparece con traje y corbata- que acompaña con un discurso de firme defensa de la URSS, de Lukashenko, del sistema comunista y de su eventual aplicación en Cataluña . En su perfil de Twitter, el joven alimenta la curiosidad que despierta Bielorrusia con instantáneas que resaltan las virtudes de la economía colectivizada haciendo especial énfasis en los supermercados y restaurantes «estatales».

Además de impulsor y secretario general del Partido Comunista de los Comités Catalanes (PCCC ) , enfrentado al PCE, Santin es presidente de la Asociación de Apoyo a la República de Bielorrusia, entidad que le permite una visibilidad mediática similar a la que antaño logró el también tarraconense Alejandro Cao de Benós como delegado honorario de Corea del Norte en occidente. «Más que una fascinación, veo en Bielorrusia un ejemplo histórico, un proceso que, como todos, tiene pros y contras. En España siempre ha existido solidaridad con Cuba, el Sahara Occidental o Venezuela , países antiimperialistas. Hoy, Bielorrusia es el único país europeo que mantiene los avances de la época socialista y soviética», defiende el joven en conversación telefónica con ABC desde Minsk, donde acudió para casarse con su prometida, nacida en este país a medio camino entre Rusia y Europa.

Aunque Santin parece haberse mimetizado con el país que defiende , lo pisó por primera vez hace cuatro años. Hoy, el joven sigue presumiendo de contactos con el partido comunista de Bielorrusia, su ejército y sus empresas industriales mientras prepara su desembarco en las elecciones catalanas del 14-F.

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