Vivo en un pueblo y estoy orgulloso de ser castellano y leonés

El orgullo por pertenecer a una Comunidad como Castilla y León está más arraigado en el mundo rural que en las ciudades, hasta el punto de que cuanto más pequeño es el municipio, mayor es el sentimiento castellano y leonés. Así se desprende de los resultados del Barómetro Socyl, referente al medio rural de la Comunidad y elaborado por la Asociación profesional de Sociología de Castilla y León, que presentado ayer por su presidente, Ángel Martín. Según las encuestas realizadas, el 66,8 por ciento de los habitantes de municipios de menos de 2.000 habitantes se siente muy orgulloso de pertenecer a Castilla y León y el 27 % bastante; sólo un cuatro y un dos por ciento lo está poco o nada.

En el caso de las localidades de entre 2.000 y 10.000 habitantes, el 62,7 por ciento dice sentirse muy orgulloso, cifra que se rebaja al 56,5 en los municipios de más de 10.000 habitantes.

Otro aspecto del Barómetro refleja cómo los habitantes de las zonas rurales de Castilla y León consideran que el principal problema con el que se enfrentan en su lugar de residencia es la situación demográfica, es decir, la continua pérdida de población, una realidad que preocupa al 75,9% de la población. De la misma encuesta se desprende que las políticas de envejecimiento de la población son percibidas de forma más negativa por el conjunto de los castellano y leoneses que residen en las zonas rurales. De hecho, el 45% de los encuestados de municipios de menos de 2.000 habitantes cree que esas políticas son malas y el 24,3, muy malas.

La segunda preocupación de los habitantes de los pueblos son los servicios sociosanitarios y educativos, al considerar que en los pequeños municipios no son suficientes. Como tercero y cuarto problema sitúan al modelo económico productivo, con un 46 por ciento, y el desempleo, con el 45. Aparece después, en las zonas rurales, la consideración de un nuevo problema relacionado con las infraestructuras (internet, carreteras, accesos y transporte) en el que se fija el 21,7 por ciento de la población. En cambio, disminuye la preocupación por la desafección política y la corrupción.

Por otra parte, la mitad de los residentes en el medio rural opina que se vive mejor en los pueblos de tamaño inferior a los 2.000 habitantes, mientras que los vecinos del medio urbano piensan que el mejor lugar para vivir está en las localidades de más de 10.000 habitantes.

Diputaciones provinciales

La encuesta también refleja que el 58,8 por ciento de los habitantes de los pueblos más pequeños cree que las decisiones de las diputaciones provinciales les afecta mucho o bastante en su vida diaria, cifra que se reduce a medida que aumenta el tamaño de los municipios hasta el 51 por ciento en los que tienen entre 2000 y 10.000 habitantes y desciende hasta el 34 en los de más de 10.000. En este último caso, el 69,7 por ciento opina que la actuaciones de estas instituciones les afecta poco o nada.