Ocio

Silos exhibe al Modesto Ciruelos desconocido

Entre las obras que se exponen destaca un retrato estrella que el autor burgalés realizó a García Lorca

La muestra reúne en el Monasterio de Silos un total de 24 obras ICAL

H. DÍAZ

El Centro de Arte Reina Sofía, la National Gallery de Nueva York, el Museo de Arte Moderno de Barcelona o el de Bellas Artes de Bilbao son sólo algunos de los centros museísticos que atesoran parte de la obra del pintor burgalés Modesto Ciruelos , considerado uno de los padres de la abstracción española.

Habitual en los años 30 de los salones de Otoño y de las tertulias del Círculo de Bellas Artes y del Café Gijón en Madrid -donde coincidió con autores y artistas como García Lorca, Rafael Alberti, Antonio Machado o Gómez de la Serna, entre otros-, fue durante su estancia en París en 1940, al término de la Guerra Civil española, cuando tras conocer a Pablo Picasso comienza a dar rienda suelta a sus primeras experiencias de abstracción , si bien no se trataba aún de un informalismo total. Estos avances serán el preludio de lo que luego iban a ser sus creaciones y el conocido como arte abstracto español. Seis años más tarde, formando parte ya en Madrid de la Academia Breve de la Crítica de Arte, fundada por Eugenio D’Ors, expondrá lo que él mismo calificó como sus primeras obras totalmente figurativas y expresionistas, algunas con cierta inclinación surrealista y con clara tendencia a la abstracción, que cobrará todo su potencial en una muestra celebrada en la galería Estilo de Madrid, en 1948.

El periodo anterior que llevó a Ciruelos a esa «experiencia abstracta» es lo que trata de contar y exhibir, a través de más de una veintena de obras , la muestra sobre el artista nacido en Cuevas de San Clemente que desde el pasado 28 de diciembre acoge la Abadía de Santo Domingo de Silos. Además de mostrar ese periodo «pre-abstracto» del creador, la importancia también de esta exhibición, comisariada por el hijo del artista, Jesús Ausín, es que se exponen por primera vez muchas de las obras: «Por fin llega una exposición que llevábamos años esperando», dijo al respecto Ausín. Así, entre las piezas únicas reunidas se incluyen trabajos que han reposado en el tiempo en el Reina Sofía y algunos pasajes de guerra que le sirvieron de muestra para crear otros trabajos posteriores. Asimismo, se añade un retrato estrella que el autor realizó a Federico García Lorca durante la época en la que frecuentaba las mencionadas tertulias del Círculo de Bellas Artes y el Café Gijón y que se ha querido llevar al monasterio por el cariño que el escritor tuvo con la abadía silense.

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