Podemos sólo llega a 54 municipios en la región y no consigue ni completar las listas

Pablo Fernández admite la dificultad para presentar candidaturas enteras

Pablo Fernández y el procurador palentino Ricardo López en su ruta «¿Qué Castilla y León hacemos? ICAL

ISABEL JIMENO

Evidentemente que sí, que es complejo y difícil en una comunidad eminentemente rural articular muchas candidaturas». Lo reconoce el líder de Podemos en Castilla y León, Pablo Fernández, que del subidón que experimentaron en 2015, cuando se estrenaron contra pronóstico con diez escaños en las Cortes autonómicas y lograron entrar en varios ayuntamientos con marcas blancas, han bajado al baño de realidad que antes de pasar por las urnas en mayo ya están recibiendo y que parece que puede complicarse aún más con las dimisiones y brechas que vive la formación a nivel nacional y el malestar en varias comunidades.

El apoyo de la calle del que presumían para dar el salto y convertirse en partido político está chocando en algo fundamental para la supervivencia: sumar gente dispuesta a dar el paso y poner su nombre en una candidatura bajo las siglas de Podemos. Prueba de ello son las primarias abiertas para la confección de las listas municipales. Tan sólo en 54 municipios de los 2.248 que tiene Castilla y León -el 2,4 por ciento- han logrado voluntarios que se inscriban para que se vea su nombre y someterse al respaldo de las bases.

Y en una formación en la que los codazos por el liderazgo -especialmente a nivel nacional- son frecuentes, en la Comunidad no parece que vayan a tener dificultades por lograr hacerse un hueco en las candidaturas. Únicamente en una de las 54 listas (Villaquilambre, en León) hay más aspirantes que concejales a elegir y, por tanto, puestos por los que pugnar. En total, 20 personas en un pueblo de algo más de 18.600 habitantes y 17 concejales. Eso sí, sin necesidad de lucha por el primer lugar de la lista, el llamado a competir por la Alcaldía, pues sólo hay un voluntario.

«Es verdad que a la ciudadanía no le es fácil implicarse en política y, sobre todo, en pueblos pequeños en los que significarse es complejo y complicado y hay gente a la que cuesta dar el paso», reconoce Pablo Fernández. Pero tampoco en las capitales las primarias han tenido el éxito entre los suyos suficiente como para completar las listas, condición indispensable para presentarse llegado el momento, ya que deben estar integradas por tantas personas como concejales a elegir tiene ese ayuntamiento.

Pocas primarias

Y eso que afirma que en las ciudades y núcleos de más de 20.000 habitantes, donde defiende que tienen una «fuerte implantación», la facilidad es «mayor». Pero lo cierto es que ni en grandes ni en pequeños municipios llegan al cupo, aunque en las nueve capitales y las otras seis localidades de más de 20.000 habitantes sí hay inscritos para las primarias.

La más cercana, por ahora, a llenar la lista es Zamora, la cuna del padre del líder nacional, Pablo Iglesias, donde precisamente su progenitor, Francisco Javier Iglesias, es uno de los 23 nombres que figuran entre los precandidatos a lo que llaman «cuerpo de lista». Junto al único aspirante a la Alcaldía, Fernando Martos, suman 24 para un Ayuntamiento con 25 concejales, y se descartan las primarias para el cabeza de cartel. Falta uno. También a falta de uno se quedan en Miranda de Ebro. En Palencia, con Francisco Salcedo como único dispuesto a liderar la candidatura, suman 22 nombres para una lista que tiene que sumar 25.

Tampoco habrá primarias para la Alcaldía en Soria ni Segovia, donde pese a que la hasta ahora número dos de Pablo Fernández en las Cortes, Natalia del Barrio no se ha presentado -era la «señalada» tras anunciar que no optaría a repetir como procuradora-. Tampoco en Ponferrada, donde la procuradora Lorena González es la única con intención de ser cabeza de cartel.

Las bases sí deberán pronunciarse sobre quién quieren como cabeza de cartel en Ávila (cuatro candidatos), Burgos (dos), León (tres), Salamanca (dos) y Valladolid (cinco). Aunque para que llevar su papeleta a los ciudadanos antes deban encontrar más voluntarios a rellenar unas listas que están lejos de alcanzar el cupo exigido.

Desde la dirección regional de la formación morada justifican que esos huecos son «para incorporar a la gente de la sociedad civil» que «no tiene por qué ser de Podemos, pero quiere incorporarse a la lista». Como una organización «abierta y porosa» insiste en defender Pablo Fernández a la formación morada, quien a la vez que defiende que esas plazas vacantes se reservan para «gente que quizá se lo esté pensando», reconoce los reparos que supone vincular tan explícitamente su nombre al partido que dirige Pablo Iglesias. Por eso, incide, esa escasa presencia de nombres, pues reconoce que hay gente que «inicialmente no quiere significarse propiamente como de Podemos» y presentarse las primarias. «Pero -matiza- estaría dispuesta a entrar en una candidatura».

Más tiempo

De ahí que su justificación sea que las primarias «sirven para visibilizar los que sí que están dispuestos a encabezar listas». Aunque, a renglón seguido, reconoce la realidad de la dificultad de sumar nombres. «En determinados municipios hay gente a la que le cuesta dar el paso». «En municipios pequeños es más complejo hacer una candidatura», asume Fernández.

La realidad de la dificultad choca con los plazos marcados por Podemos a nivel nacional, que fijaba el 19 de enero como fecha tope para la preinscripción de candidatos a las municipales. En Castilla y León ya han solicitado a la organización «que nos dé un poco más de margen» con el objetivo de «poder trabajar y presentar candidaturas» en «la mayor cantidad de municipios posible». Eso sí, apostilla Pablo Fernández, siendo conscientes de que de los 2.248 municipios de la Comunidad, casi 2.000 no superan el millar de habitantes y teniendo también en cuenta su mensaje no cala tanto en el medio rural, donde lamenta que se ha «desvirtuado».

Únicamente en cuatro municipios que de menos de mil habitantes (El Hornillo y Umbrías, en Ávila, y Frechilla de Almazán y Fuentecantos, en Soria) hay algún inscrito para las primarias de Podemos, pero en ninguno, de momento, con suficientes nombres para que la Junta Electoral llegado el momento admita la candidatura.

«Segunda tanda»

Tratarán de «hacer una segunda tanda» que permita que las papeletas de la formación morada estén en más de ese medio centenar de localidades en las que ya han encontrado algún voluntario. «Vamos a hacer ese esfuerzo, pero es una comunidad compleja», reconoce el líder regional de Podemos.

No es la primera vez que Podemos se encuentra con dificultades a la hora de confeccionar las listas. Ya el pasado mayo Fernández reconocía que no habían sido «capaces de hacer que las mujeres den un paso al frente y se involucren» en la formación morada. En suma, otro escollo en el camino de un partido que atraviesa una crisis y ha acumulado en tan sólo unos días la marcha de dos de sus nombres destacados a nivel nacional: Íñigo Errejón y Ramón Espinar.

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