Las otras caras conocidas de la cárcel de Brieva (Ávila)
El ex director de la Guardia Civil Luis Roldán o la ex teniente de alcalde de Marbella Isabel García Marcos también han pasado por los muros de la prisión abulense
Iñaki Urdangarín ingresó este mismo lunes, a las 07.30 horas, en la cárcel de Brieva (Ávila), una prisión que, además de ser el lugar donde pasará su condena el ex Duque de Palma de Mallorca, ha visto pasar por sus muros a otros personajes conocidos por la sociedad española por sus actos.
El que fuese político adherido al Partido Socialista y director de la Guardia Civil, Luis Roldán , cumplió su condena en la prisión de Brieva desde el año 1995, donde tuvo un módulo vacío para él solo y en el que contó con un equipo de ocho funcionarios de prisiones las 24 horas del día. A su salida, en el año 2005, de lo que más se quejó el ex director de la Guardia Civil fue del frío que pasó dentro, algo que arreglaron hace poco más de un año con la optimización de la calefacción de la cárcel.
Otra de las caras conocidas que se encuentran en la prisión abulense es la que fuese teniente de alcalde del Ayuntamiento de Marbella Isabel García Marcos , condenada por el «Caso Malaya» por un delito de cohecho continuado a tres años y medio de prisión, 700.000 euros de multa y siete años y medio de inhabilitación de empleo o cargo público electo. Ella es una de las 200 presas que se encuentran a día de hoy en la cárcel de Brieva.
La terrorista Idoia López Riaño , apodada «La Tigresa» , también pasó por los muros de Brieva. Durante su unión con la banda terrorista ETA de exactamente una década (1984-1994) se llevó la vida de 23 personas y estuvo implicada en uno de sus atentados más sangrientos, el de la madrileña plaza de República Dominicana en 1986, en el que mató a 12 guardias civiles.
Por último, la conocida como «madre yihadista» , Samira Yerou , ingresó en la cárcel abulense el pasado noviembre de 2016, donde cumplía una pena de 5 años de cárcel como integrante de la organización terrorista Daesh. El pasado mayo de este año, Yerou se suicidó en su celda, donde la encontraron colgada de un fular que había atado a su litera. Poco antes, según fuentes sindicales, había pedido continuar con su condena en Barcelona, donde reside su hijo de 3 años.
