La nueva vida de un inmigrante del Aquarius en Burgos: «Ahora duermo y pienso bien»

El joven nigeriano, que ha dejado familia y dos hijos en su país, ha participado este martes en una jornada de Cruz Roja, Accem y la Junta de Castilla y León sobre atención sociosanitaria a beneficiarios y solicitantes de protección internacional

consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Alicia García, participa en la apertura de la Jornada de Atención Socio-sanitaria a personas beneficiarias y solicitantes de Protección Internacional ICAL

ABC

Su nombre ficticio, elegido por él mismo, es Fedano, un joven nigeriano de 25 años al que rescató el Aquarius y que lleva seis meses acogido en Burgos, donde aprende español, con bastante éxito a tenor de cómo se explica, y donde su vida es «mejor».

El joven nigeriano, que ha dejado familia y dos hijos en su país, ha participado este martes en una jornada de Cruz Roja, Accem y la Junta de Castilla y León sobre atención sociosanitaria a beneficiarios y solicitantes de protección internacional, y tras el periplo de más de un año desde que salió de su país hasta que el Aquarius atracó en Valencia y luego él llegó a Burgos agradece «a España» su ayuda.

Fedano vivía en Nigeria, un país con «muchos problemas de seguridad», con un gobernador que promete un dinero mensual a los jóvenes, del que se olvida, y que una vez que es elegido paga a los jóvenes pero «por destruir propiedades de otras personas». El era uno de esos jóvenes a los que pagaban y que sentía «que su vida no era segura.

Fue entonces cuando decidió salir de su país, y se traslada a Niger, donde pasa dos meses, y de ahí a Libia, otro país en el tampoco se sintió seguro y en el que también había muchas personas muertas. Por ello pagó un billete para viajar a Europa «en un barco hinchable», que no es la mejor forma de viajar por el mar, explica a los periodistas. Fueron 32 horas en mar sin agua y «con miedo», sin saber qué va a pasar, relata.

Y lo que pasó fue el Aquarius, el barco que les rescata sin tener un puerto en el que atracar, tras decidir el presidente de Italia «cerrarles las puertas» y decirles que «no pueden entrar». Hasta que el Gobierno de España decidió dar vía libre para que atracaran en Valencia, donde se les da comida y ropa.

Tras una semana en Valencia, Fedano decide viajar a Burgos, donde lleva seis meses y estudia español y hace un curso «on-line». «Hablo español bastante bien», mi «vida aquí es mejor, duermo, pienso bien, no hay problemas para mi vida», cuando «llego a España mi vida está mejor. Gracias a España por ayudarme», explica en su español recién aprendido. Y ahora le gustaría trabajar en páginas web o en 3D mientras se sigue acordando de los dos hijos que dejó en Nigeria.

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