El actual examen responde a la reforma realizada en el curso 2009-2010
El actual examen responde a la reforma realizada en el curso 2009-2010 - ICAL
Educación

Más de 10.000 estudiantes de Castilla y León se enfrentan a la última Selectividad

Los alumnos de la Comunidad, los últimos que se enfrentan en España junto a los de Andalucía y Cataluña, realizarán los exámenes a partir de mañana

Valladolid Actualizado: Guardar
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Hace cuatro décadas, ante el aumento en la demanda de estudios superiores, se instauró en España la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), conocida como Selectividad. Un mecanismo para medir el nivel de los estudiantes de cara a su acceso a las facultades. Después de cuarenta años de aplicación, más de 10.000 estudiantes de Castilla y León, principalmente de Bachillerato, despedirán a partir de mañana y hasta el jueves a la que será la última Selectividad. Y es que con la implantación de la polémica Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), el sistema cambiará a partir del próximo curso y los alumnos realizarán la evaluación final de Bachillerato, que será obligatoria para obtener el título y servirá para acceder a la universidad.

Los estudiantes de Castilla y León serán los últimos en pasar la que ha sido hasta ahora una de las pruebas más temidas por los alumnos españoles, junto a los de Andalucía y Cataluña, después de que el resto de comunidades autónomas ya hayan realizado los exámenes.

En el distrito de la Universidad de Valladolid (Valladolid, Segovia, Soria y Palencia), se presentarán 3.876 estudiantes, 79 menos que los que realizaron esta misma prueba en el curso anterior. En el de Salamanca, que agrupa esta provincia, Ávila y Zamora, se han matriculado para los exámenes 2.837 alumnos, unos cien más que el año pasado, mientras que en el distrito de la Universidad de León se han apuntado 1.864 estudiantes, un 2,42 por ciento más, y en la de Burgos, 1.519, 47 más.

La estructura actual de Selectividad responde a la reforma desarrollada durante el curso 2009-2010, que fijó una fase general obligatoria y otra específica de carácter voluntario para subir nota. Dentro de la fase general, se incluyen cuatro exámenes (Lengua y Literatura, Lengua Extranjera, Historia o Filosofía y una asignatura de la modalidad de Bachillerato escogida). El aprobado se obtiene con un cinco o más como resultado de sumar el 60% de la nota media de Bachillerato y el 40% de la nota de la fase general, siempre y cuando al menos se haya obtenido un 4 en las pruebas.

En la fase específica, que consta de exámenes sobre materias de modalidad de Bachillerato, los estudiantes deciden cuántos ejercicios realizan hasta un máximo de cuatro, pero sólo contarán las notas de dos. Así, el estudiante puede obtener otros 4 puntos más.

Próximo curso

De cara al curso 2016-2017, el sistema cambiará. Se realizará la evaluación final de Bachillerato, que habrá que superar para obtener el título. El resultado de 2017 no tendrá efectos para conseguir el título, pero sí se valorará ya para el acceso a la universidad.

Para calmar el nerviosismo y la inquietud de comunidad educativa y de estudiantes, el Ministerio de Educación y la Conferencia de Rectores de las Universidades Españoles (CRUE) acordaron que el nuevo examen tendrá un formato muy similar a la Selectividad, no tendrá preguntas tipo test, tal y como se había contemplado en un principio, y también se podrán alcanzar los 14 puntos.

Desde Castilla y León también se ha lanzado un mensaje de tranquilidad. El consejero de Educación, Fernando Rey, señaló que la prueba de acceso universitaria del próximo curso aún «será bastante parecida» a la PAU tradicional, hasta que el consenso político configure la nueva con las fuerzas resultantes del nuevo Gobierno, junto al respaldo de la comunidad educativa. «Parece razonable que sea similar a la de este año, ya que los resultados de alumnos que están ahora 1º de Bachillerato ya van a contar a la hora de entrar en la universidad», expuso.

En este sentido, Rey puso de manifiesto que «no se pueden cambiar las reglas del partido una vez que ya ha comenzado y primero debe aprobarse la norma jurídica que regule la nueva prueba», indicó. «Se tratará de un año de transición», consideró, al tiempo que señaló que no se sabe nada aún cómo será la siguiente prueba de acceso universitario, informa Ical. No obstante, apostó por defender para los sucesivos cursos la solución que preveía la Lomce de «un examen estatal y ojalá se pueda alcanzar esa solución al parecer razonable con una nota que valga a modo de distrito único para acceder a universidades de otras comunidades como hasta ahora», concluyó.

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