Mañueco pide una mayoría suficiente que impida el «cambiazo» en los despachos

El candidato del PP a la Junta alerta de la indefinicion de Cs y el riesgo de que pacten con los socialistas

Raúl de la Hoz, Jesús Julio Carnero, Juan Vicente Herrera, Alfonso Fernández Mañueco, Pilar del Olmo e Isabel García Tejerina F. HERAS

ISABEL JIMENO

A modo de «talismán», y no sólo por el nombre del vehículo que en estas dos últimas semanas ha sumado otros más de 8.000 kilómetros con la ruta de la campaña electoral del candidato del Partido Popular a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco . En un lugar como la vallisoletana plaza de San Juan Bautista de La Salle, que ya fue fetiche en otra victoria, y siguiendo su lema de «permanezcamos juntos», el PP cerró ayer su periplo hacia las urnas. Y con un objetivo claro: el triunfo mañana en las urnas. Para ello, Fernández Mañueco incidió en su mensaje clave para poder amarrar la victoria: la llamada a la unidad del voto, a la concentración de las papeletas del centro y la derecha en el PP. Apeló directamente «a todos los votantes que en algún momento confiaron» en la formación popular para que vuelvan a la «casa común» .

«Os pido unidad» , clamó el cabeza de cartel popular, advirtiendo a renglón seguido de que «la división es una puerta abierta a la incompetencia del sanchismo», que en Castilla y León encarna su candidato a la Junta, Luis Tudanca, al que calificó como el «presidente del club de fans» de Sánchez.

Y lo dijo consciente, con los datos en la mano de las generales de hace un mes, de que la fragmentación da como resultado la victoria al PSOE. Por ello, llamó a conseguir los apoyos suficientes para una «mayoría suficiente» que impida «cualquier cambalache en los despachos» . La llamada a esa unidad es también por otro motivo. No únicamente el «riesgo» de la «incompetencia» de la formación de la rosa. En la ecuación también está «el partido veleta», los «indefinidos» que es Ciudadanos, a quien pidió de nuevo que se pronuncie sobre su preferencia a la hora de pactar. Censuró su cambio de opinión, que «por la mañana dicen blanco y por la noche, negro» , y el peligro de que tras la noche electoral la gente piense que habrá un gobierno de centro-derecha, pero al día siguiente se inclinen por la izquierda. Eso «es un cambiazo a los votantes», clamó Fernández Mañueco.

Del Olmo, en Valladolid

Por eso, incidió en la importancia de lograr los votos para la «mayoría suficiente» que evite ese «cambiazo» en los despachos. Y para ello, el candidato del PP insistió en la llamada a la movilización, en la implicación de los populares, a quienes demandó su «ayuda, esfuerzo, trabajo y confianza» . «Un último empujón» en «estos momentos críticos es vital», reconoció Fernández Mañueco de cara a la cita con las urnas más abiertas de los últimos tiempos, con un elevado porcentaje aún de indecisos.

Confiado en la victoria y un triple «¡vamos a ganar!» para cerrar campaña con lanzamiento de confeti incluido y antes de emprender viaje a Salamanca, donde también participó en un acto. En Valladolid, también apoyo a la candidata a la Alcaldía, la consejera Pilar del Olmo, que contó con el respaldo de sus todavía compañeros de Gobierno en la Junta y se presentó como «el futuro» y la primera alcaldesa frente a un Óscar Puente (PSOE) que es un mal sueño que espero que pase ya».

Mañueco recoge el «legado» y «listón muy alto, altísimo» de Juan Vicente Herrera , el durante los últimos 18 años presidente de la Junta de Castilla y León, quien ayer también participó en el acto. En un «me voy y no me voy», se retira de la primera línea política, pero dejó claro que «nunca» abaldonará el PP, «fundamentalmente por respeto a mí», pero también por quienes forman parte de la formación de la gaviota y les apoyan. Cede el timón a nuevo «capitán de todos nosotros» , la «cara amable y responsable» que se mostró confiado será el «próximo presidente» de la Junta de Castilla y León.

«No hay padres ni tutelas políticas, ni hijos rebeldes» , reconoció Herrera, quien incluso le llamó a Mañueco a aprovechar la «oportunidad que te mereces» y ejercer su «responsabilidad» y «derecho» de poner en marcha sus propias ideas.

«Renovación sin riesgo»

El cabeza de cartel tomó el testigo, avanzando continuidad, pero con modificaciones. «Somos las renovación sin riesgo», defendió Fernández Mañueco, quien insistió en presentar a su gobierno como «moderado, sensato y solvente» , frente a la «incompetencia, radicalidad e inexperiencia» del PSOE.

Pidió por ello el «voto de la gente con corazón y también con cabeza», que «haya una reflexión en beneficio de todos para que votemos» con «seriedad» y «conscientemente» para «tener claro qué puede» ocurrir el día después de las elecciones. Sobre la mesa, el «riesgo» del mantenimiento de unos servicios públicos líderes en España, herencia del Gobierno de Juan Vicente Herrera, que desde la oposición por «incapaces y cicateros» no reconocen.

«Creo en Castilla y León, creo en sus oportunidades» y en las «posibilidades que tenemos», clamó Fernández Mañueco, quien prometió que «lo mejor está por llegar». Eso sí, para lograrlo «os pido vuestra ayuda» y conseguirlo «entre todos». Hacer que «sigamos siendo los mejores de España» y sentir el «orgullo» de ser de Castilla y León.

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