Mañana es lunes

Si hoy es domingo, lo suyo es que mañana, pese al cambio climático que no distingue entre primavera, verano, otoño o invierno, sea lunes; es decir, que la vida sigue igual, como cantó Julio Iglesias hace casi medio siglo: «Unos que nacen otros morirán, unos que ríen otros llorarán, aguas sin cauces ríos sin mar, penas y glorias guerras y paz…». Cierto que Julio Iglesias nunca fue cantautor revolucionario, pero su cancioncita sigue ahí, así pase la vida, entre penas y glorias, entre elecciones y elecciones. Hoy toca votar, o no, y mañana toca, sí o sí, levantarse como todos los lunes para ir al trabajo, a la cola del paro o al banco del parque. Tal vez mañana pueda ser un gran día para algunos políticos que alcanzarán poder, sueldo y jubilación asegurados, y para algunos ciudadanos esperanzados por unos líderes que les han ofrecido trabajo, mejores sueldos e incluso jubilación.

Hay analistas-tertulianos, esa especie del nuevo periodismo que invade teles, radios e internet, para quienes mañana no será lunes, sino el apocalipsis; ni siquiera que mañana España será republicana, ni que no la va a reconocer, como dijo Guerra antaño, la madre que la parió. Mañana, al decir de ciertos tertulianos, la vida no seguirá igual… ¡Ay ilusos, vendedores de humo, mercachifles, charlatanes de feria!

Si tan trascendental es este domingo electoral para la nación, bien podría haberse acercado por la provincia leonesa algún aspirante a la presidencia del Gobierno. Los leoneses también votan, e incluso botan.

Ni uno de los cuatro líderes de las encuestas lo ha hecho durante esta campaña electoral que se ha celebrado en los platós de las televisiones y en algunas calles y plazas de toros de ciudades que suponen más atractivas que las de León y su provincia. Los unos habrán pensado que por estas tierras el voto ya «está hecho» (más ilusos), y, los otros, que no merece la pena organizar mítines no sea que aparezcan las víctimas de la minería y te dejen sin argumentos y sin aplausos, por muy de centro o de izquierdas que sea el líder de turno.

León no se ha merecido un mitin de Rajoy ni de Pedro Sánchez ni de Albert Rivera ni de Pablo Iglesias. La han marginado; ellos y sus asesores sabrán el porqué. Luego, cuando llegue mañana, el lunes, que los perdedores en la provincia no se lamenten. Y que los vencedores tampoco lo celebren, pues hay olvidos y desprecios que no se le perdonan ni al mejor amigo.

Mañana, a pesar de los tertulianos y del cambio climático, será lunes otoñal, y el martes, invierno y Lotería de Navidad, la de la ilusión verdadera, junto a la de los Reyes Magos, con las que sueñan muchos ciudadanos que hoy votan desilusionados, incluso ese Baltasar musulmán que irá en la cabalgata leonesa tirando caramelos a cristianos y ateos.