La Junta de Castilla y León obligará a sus altos cargos a rechazar regalos y entradas y publicar sus agendas

Endurece el Código Ético, que impide aceptar comidas y limita más el uso del coche oficial

Igea, junto al director general de Comunicación, Julio López ICAL

I. JIMENO

Regalos prohibidos, aunque tengan «valor residual»; nada de entradas a actos y viajes gratis, comidas pagadas de su bolsillo salvo que acudan en representación de la Junta de Castilla y León, y agendas públicas. Son las principales novedades del nuevo Código Ético y de Austeridad de la Comunidad de Castilla y León y sus entes adscritos conocido ayer por el Consejo de Gobierno antes de remitirlo a las Cortes para que reciba el visto bueno. Un texto que va un paso más allá y supone un «endurecimiento» del que ya está en marcha, con el objetivo de marcar la acción de todos los altos cargos en el ejercicio de sus funciones siguiendo las máximas de transparencia, ejemplaridad, austeridad, eficiencia y eficacia.

De aplicación para todos los altos cargos de la Junta y de sus entes adscritos, cuando entre en vigor obligará a sus presidentes, consejeros, directores generales, gerentes o asimilados también de empresas y fundaciones públicas, a publicar los actos y reuniones de trabajo -habrá una plataforma con este fin-, indicando el objeto. Solo cuando los intereses de la Comunidad se puedan ver «perjudicados» y así se considere podrá no darse a conocer, siempre que lo conozca y dé el visto bueno el Consejo de gobierno. Las reuniones privadas «no son viables», subrayó el también consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Gobierno Abierto, departamento impulsor del nuevo Código Ético.

El capítulo de los regalos, entradas e invitaciones es otro de los puntos en los que ahondan las limitaciones, que se «endurecen». Así, los altos cargos tendrán «prohibido» recibir «cualquier» tipo de regalo o beneficio en el ejercicio de sus funciones. Deberán devolverlos a quien se los ofreció; y si no es posible, pasarán a formar parte del patrimonio de la Comunidad. Incluso los de «escasa entidad o valor residual» quedarán a disposición de la consejería o entidad a la que pertenezca el alto cargo. «En ningún caso» podrán aceptar esas dádivas, aunque sean de una ONG, que sí se recogerán por cortesía, antes de pasar al depósito de la Junta.

Y nada de aceptar entradas gratis a espectáculos o acontecimientos deportivos, lúdicos o culturales, salvo a los que acudan como representantes institucionales. Deberán renunciar a a invitaciones y comidas y abonarlas de su bolsillo en caso de asistir.

No apoyar indultos

El texto, según explicó Igea, también «endurece» la austeridad en el uso de vehículos oficiales, que siguen limitados al presidente y los consejeros, si bien quienes residan fuera de su lugar de trabajo podrán utilizar el coche oficial para acudir a su puesto, compartiéndolo con otros siempre que sea posible. Si se justifica que es más económico otro transporte, se abonará. A la hora de moverse, la austeridad marcará los desplazamientos, visitas y viajes oficiales.

El nuevo Código Ético mantiene que los altos cargos no podrán tener tarjetas de crédito con cargo a la Administración para pagar gastos derivados de sus funciones y añade que todos los medios materiales que reciban al llegar deberán ser devueltos cuando abandonen el puesto o aquirirlos por el precio que se marque.

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