Economía

La Junta alargará la «vida» de sus préstamos para evitar inflar los Presupuestos futuros

Buscará operaciones con plazos medios de diez años y a bajo interés para impedir también que los ya elevados vencimientos de deuda previstos se disparen aún más

Del Olmo y Clemente, durante la presentación de los Presupuestos ICAL

J. M. A.

La Junta de Castilla y León intentará «alargar la vida» media de las emisiones y préstamos que formalice el próximo año y los siguientes para que no se incrementen aún más los vencimientos multimillonarios de deuda que debe afrontar en los próximos ejercicios y conseguir de esta manera que «la posible variación -al alza- del volumen total del Presupuesto por esta causa sea menor», según trasladó a ABC el director general del Tesoro y Política Financiera de la Junta, Fernando Vallelado. Y es que, como se han encargado de remachar una y otra vez desde la oposición, más del diez por ciento de las cuentas «récord» de 2018 se dedicarán a volver a endeudarse para compensar los pagos que está obligado a realizar la Junta para cumplir con sus obligaciones financieras. Por delante, tiene un complicado calendario que les exige dedicar más de mil millones de euros de sus presupuestos al menos en los próximos siete años debido a la importante deuda a la que se recurrió durante los duros años de la crisis para poder mantener los gastos sociales ante la brutal caída de los ingresos por la falta de actividad.

Sus efectos se dejan notar aún en el día a día de muchos ciudadanos , pero también de las empresas y de las administraciones. La Junta de Castilla y León, al igual que la práctica totalidad de gobiernos autonómicos, lo sufre también a la hora de, por ejemplo, elaborar las Cuentas. Fue el «control» de Europa sobre la economía nacional la que obligó -bajo amenaza de intervención- a dejar atrás los incumplimientos del déficit tan habituales en los peores tiempos de esta «pesadilla» económica y social, pero la realidad es que lo que se pidió prestado entonces para compensar el descenso de la recaudación y tratar de «tocar» lo menos posible el estado del bienestar ahora hay que devolverlo.

Desde la Junta insisten en el «efecto neutro» que supone reponer los más de 1.100 millones de euros de vencimientos previstos que debe hacer frente en 2018 con préstamos y emisiones por el mismo valor, pero estas cantidades han sido la clave para que el presupuesto de la Comunidad, con más de 10.500 millones de euros, sea el de más cuantía de su historia el próximo año, aunque probablemente está cifra se bata en los ejercicios sucesivos por el mismo motivo.

El «mayor o menor» importe de las amortizaciones anuales de deuda «no supone en modo alguno una merma de los recursos que se pueden destinar a sufragar los servicios esenciales»

Tras dejar claro que el «mayor o menor» importe de las amortizaciones anuales de deuda «no supone en modo alguno una merma de los recursos que se pueden destinar a sufragar los servicios esenciales» y los gastos más sociales, Vallelado señala que el perfil de vencimientos «es bastante homogéneo -en torno a los 1.100 millones de euros-». Sin embargo, para evitar que este ya de por si exigente plan de pagos se eleve en demasía a corto plazo con las operaciones de reposiciones que se van a tener que cerrar, «se tratará de evitar concentraciones excesivas alargando su vida media», aunque «sin penalizar el coste», ya que «cuando más largo es el plazo más alto es el interés a pagar», destaca el director general, quien cree posible «mantener el importe de los vencimientos anuales en el entorno de las cantidades actuales».

En el caso de cumplir con este complicado reto que persigue de no aumentar las obligaciones durante siete años ya muy cargados de «compromisos» de pago, lo cierto es que la consecuencia más lógica es que las reposiciones haya que devolverlas en los años posteriores. Así, a partir de 2026 los vencimientos previstos en la actualidad bajan hasta los 600 millones y se reducen a menos de 200 dos años después y a la mínima expresión más allá de 2030. Serían esos ejercicios y los siguientes los que aumentarían las cantidades pendientes de devolver, aunque con la salvedad de que en principio a partir de 2020 tanto Castilla y León como el resto de comunidades están obligadas a cerrar sus ejercicios con un superávit que deberá ir destinado obligatoriamente y por primera vez en muchos años a reducir una deuda que se ha desbocado desde el año 2008.

Castilla y León suscribió a finales de octubre el 95,5 por ciento de los 1.526,8 millones de endeudamiento que tenía previsto formalizar este año, es decir, 1.458,1 millones, y lo había cerrado en el 86,8 del volumen comprometido a tipos de interés fijos. El interés ponderado de las operaciones se situó ligeramente por encima del uno por ciento con una vida media de 8,5 años.

La consejera responsable de las finanzas autonómicas, Pilar del Olmo, destacó, en declaraciones a Ical, que con esta estructura de endeudamiento, «en Castilla y León tenemos más tranquilidad que puedan tener otros gobiernos autonómicos y nacionales».

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