Vicente Á. Pérez - Corazón de león

Ingratitud

Si el sentido común no lo remedia, mañana el Ayuntamiento de Pontevedra declarará «persona non grata» a Mariano Rajoy

Vicente Á. Pérez
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Si el sentido común no lo remedia, mañana el Ayuntamiento de Pontevedra declarará «persona non grata» a Mariano Rajoy. La iniciativa parte de los grupos municipales del Partido Socialista de Galicia y de Marea; o sea, de los chicos de Pedro Sánchez y los de Pablo Iglesias que, como ocurre en Madrid y en otras capitales, no han dudado en hacer amistad con tal de alcanzar el poder con la premisa de abofetear y humillar al Partido Popular que fue votado por más de siete millones de españoles. Y como no pueden arrancar la placa de una calle, que todavía Rajoy no tiene, ni llevarlo ante el juez, pues no tienen base para ello, pretenden herirlo, con vileza, en sus sentimientos y en su querencia gallega.

Saben que el presidente del Gobierno en funciones ama a Pontevedra, aunque no sea su ciudad natal, como estos periodistas y políticos que abrevan en las tertulias dicen, y que la puñalada le va a doler por injusta y por partir de los regidores de esa capital gallega que durante décadas de su vida ha sido su hogar, su descanso y el nido de familiares y amistades.

Por León, afortunadamente, no hay políticos sectarios que propongan declarar a José Luis Rodríguez Zapatero «persona non grata», aunque quizás tuviera más «méritos» que Rajoy. Zapatero tampoco nació en León, sino en Valladolid, pero se siente leonés (salvo cuando en los mítines en Valladolid se decía pucelano). De presidente prometió lo indecible para su tierra de adopción, como el Plan del Oeste, reabrir la línea férrea de la Vía de la Plata, un circuito de velocidad en La Bañeza o la llegada del AVE, que al final ha llegado con Rajoy. En dos legislaturas, Zapatero no cumplió la promesa de eliminar los peajes de las autopistas leonesas o desmantelar el campo de tiro del Teleno. Y la minería leonesa, bajo su gobierno, prosiguió su caída al abismo de la que ahora los modernos políticos pretenden responsabilizar a Rajoy, a quien en Pontevedra quieren declarar «persona non grata» porque el Gobierno ha concedido una prórroga a una empresa de celulosa que los ediles socialistas y «podemistas» critican, pese a los puestos de trabajo que supone.

A Zapatero, en León se le recuerda como a un paisano que fracasó en el intento de gobernar a España, a la que llevó a una gravísima crisis económica, pero a ningún partido político se le ha ocurrido nombrarlo «persona non grata» por sus errores y sus promesas incumplidas en estas tierras; o que tuviera que despojarse del chalé que había construido en ellas para vivir tras su etapa presidencial, porque a sus hijas les quedaba pequeña la capital leonesa. En Pontevedra se lo hubieran perdonado, pues al ser socialista es «colega» de los que mandan, o sea, los chicos de Pablo Iglesias. Así se escribe la política de hoy. ¡Pena!

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