«En Hungría las personas con discapacidad pueden pasar días sin ver la calle en invierno»

Una treintena de jóvenes de la Asociación Trechel han colaborado de voluntarias en un hospital de este país de Europa central para ayudar y dar cariño a sus internos

Sonsoles Rodríguez, durante su estancia de voluntaria en Hungría

SILVIA HERAS

En verano hay quienes eligen como destino vacacional la playa, algunos montaña y otros el voluntariado. Es el caso de Sonsoles Rodríguez Calderón, una vallisoletana de 16 años que pertenece a la Asociación Juvenil Trechel. Sonso, como ella misma reconoce que la llama «todo el mundo», ha pasado quince días en el hospital Magyar Máltai el Szeretetszolgálat de Hungría, un centro en el que residen más de 200 personas con algún tipo de discapacidad , desde niños de tres años hasta personas de cincuenta.

Esta joven ha cruzado las fronteras españolas para ayudar a estas personas que se encuentran permanentemente en el hospital húngaro, como ya han hecho años anteriores otras integrantes de Trechel. Según ha contado Sonso a ABC, se encontró aliviada al saber que los internos del centro estaban bien atendidos , aunque «hay poco personal pero intentan tenerlos cuidados a todos. Por ejemplo, no los bañan todos los días porque son muchísimos, pero si se ocupan de ellos».

Sus tareas como voluntaria iban desde pintar bancos y vallas hasta jugar, bailar y pasear con los residentes. «Con que juegues con ellos ya están felices», comentaba Sonsoles recordando su paso por Magyar Máltai y diciendo que «el idioma ha sido lo más complicado» pero que ha aprendido «lo básico para estar con ellos» y para transmitirles su cariño.

Ella, junto a sus compañeras de voluntariado, se ha encargado de hacer la vida de los internos un poco más feliz y llevadera y lamenta que «en invierno no hay voluntarios y hay algunos enfermos que pueden pasar días sin ver la calle», ya sea por la falta de personal o por las temperaturas que no lo permiten. Para remediar esto, han arreglado entre todos un jardín para que tengan un acceso más fácil al aire fresco.

Lecciones de vida

«Te das cuenta de la suerte que tienes de ser tú quien cuide de ellos y no al revés, cualquiera podría estar en su situación», dice Sonso al reflexionar sobre la lección que ha aprendido de esta nueva experiencia que recomienda «totalmente». De hecho, ya piensa en repetir la experiencia ya sea en el mismo hospital «por el cariño que les he cogido (a los internos)» o en cualquier otro en el que necesiten ayuda.

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