Herrera ve en el «error histórico» de las Cajas uno de sus momentos más «tristes»

Critica la «poca visión» de los directivos y lamenta el «protagonismo» de algún expresidente

El presidente de la Junta entra en la sala donde se celebra la Comiisión de Investigación de las Cajas F. HERAS

J. M. AYALA

Ninguna materia les unió tanto en sus años de rivalidad política como «el proyecto de Comunidad» de unir a las cajas de ahorro de Castilla y León para «tratar de salvarlas y mantener su esencia social». Diez años después de que lo intentaran mano a mano, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera , y el entonces líder de la oposición, el socialista Óscar López, se mantuvieron ayer firmes en la defensa de aquella apuesta presentada «con rigor y anticipación». Ambos lamentaron «lo que pudo ser y no fue» y criticaron -con más pena que rabia- «las resistencias provinciales, localistas e incluso personalistas» que la hicieron «fracasar». Herrera, que siempre quiso huir de «nostalgias» en este asunto, ayer se abrió en canal para calificar aquella operación truncada como «un error histórico» que, con el paso del tiempo, ya ve como «uno de mis momentos más tristes» como máximo responsable del Ejecutivo Autonómico y que, según confesó, «tuvo que ver que algunas de mis decisiones sobre mi futuro en la política». López, más pragmático, destacó la contradicción de que una incitativa que tenía «el apoyo de toda la Comunidad, no salió adelante por el rechazo de diferentes organizaciones provinciales».

Herrera era el encargado de cerrar las comparecencias de la comisión de investigación abierta en las Cortes para estudiar posibles responsabilidades sobre la gestión y la desaparición de las Cajas. En su didáctica intervención inicial, destacó que en 2007, aún en tiempos de bonanza, se plantearon propuestas de colaboración reforzada que las Cajas respondieron «una vez más con inmovilismo». En cambio, cuando ya era «una necesidad», recordó que las entidades actuaron al principio de forma «impecable» y se avanzó, pero luego todo se truncó pese al «consenso social existente». Para Herrera, esa voluntad chocó por «incomprensiones insalvables» de las que culpó en primer lugar a los «directivos» de las entidades, a los que acusó de tener «muy poca visión». En opinión del presidente, «primó una visión puramente localista y muchas veces personalista que logró ocultar el debate de fondo en un bosque de prejuicios, opiniones gremiales, manipulación de sentimientos -soy burgalés y sé de que hablo- y peleas estériles», explicó lamentando que, frente a la «exigencia de movernos», algunos «impusieron sus criterios de que lo mejor era no hacer nada o unirse a Cajas de fuera».

«Era una oportunidad real»

Herrera sí destacó «el mayor sentido de Comunidad» de España y de Duero, aunque dijo que su final -en Unicaja- fue «penoso». Mientras, recordó que las «otras cuatro pequeñas se quedaron diluidas en grandes grupos con acuerdos desesperados». Tras destacar que el proyecto liderado por la Junta «no fue un capricho político» y destacar que «fuimos los primeros en promover un modelo que luego se generalizó», se mostró «convencido» de que «su rápida puesta en marcha hubiera generado oportunidades reales» y que «en el peor de los casos se hubiera dotado a nuestras entidades de una dimensión importante para abordar una posterior alianza nacional con mayor fortaleza».

«Nunca quise un resultado final del que no me puedo sentir satisfecho, pero si tranquilo de lo que hicimos», aseguró antes de hacer autocrítica por su «falta de convicción» para «vencer las resistencias». En este caso, señaló -en referencia a algún expresidente- que «si hubiera dependido de mí, algunas personas no hubieran sido protagonistas».

Sobre los motivos del final de las Cajas, además de las «canongías provinciales», admitió que la «burbuja inmobiliaria las arrumbó» y también fue duro con el Gobierno de Aznar «porque fuimos los primeros que sembramos la base de ese boom financiero».

Mientras, López, que aseguró al comienzo de su intervención que era «un placer volver a esta casa», lamentó que el acuerdo firmado con la Junta «no saliera adelante» después de «negociarse y explicarse con luz y taquígrafos desde el minuto uno» y que se hizo porque «era de cajón» en ese momento que había que «ir hacia fusiones o integraciones», pero aquel pacto «acabó como acabó» y «me di cuenta de lo difícil que era hacer Comunidad en una tierra como Castilla y León por el peso tan grande las provincias». Por este motivo, trasladó a los procuradores que le interrogaron que a él no le pueden «juzgar» por «lo que fue», sobre lo que sí «tienen que responder los responsables de los consejos que se opusieron».

López admitió que tuvo «enfrentamientos» con consejeros de las entidades de ahorro vinculadas al PSOE por su rechazo al SIP regional y destacó que «no respondían» a lo que quería el partido e incluso le sorprendió «muchísimo» la «resistencia numantina» que tuvieron «en favor de la independencia absoluta de la Caja», por lo que concluyó «que no se hizo lo que decían PSOE o PP, sino lo que decidieron los Consejos de Administración».

El senador autonómico, que en todo caso consideró que la «responsabillidad del PP fue mayor, porque era quien gobernaba», quiso resaltar que los representantes vinculados a su formación en las Cajas «no eran de la Ejecutiva del PSCL», sino de los ayuntamientos y de las Cortes y reconoció que les pidió «por favor» que formaran parte de este proyecto «y lo que pasó es que no nos hicieron caso».

Ante las preguntas de Manuel Mitadiel (Cs), consideró que hubiera sido «gravísimo» que los formaciones «controlaran» las operaciones que se decidían en una entidad -Herrera también lo afirmó- «y si alguien entiende que esa es la nueva política, que conmigo no cuente». Tras reiterar que la «única vez» que dio «instrucciones» a sus representantes fue para impulsar un proyecto «que no salió», sí responsabilizó al Banco de España «porque tenía que haber tenido más control de los números» de las entidades, algo que «no podíamos ni debíamos hacer los partidos».

El segoviano reconoció también que se hicieron «malas prácticas» en algunas entidades, entre las que citó especialmente la comercialización de las preferentes, y animó a «perseguir y a depurar responsabilidades» de las operaciones «irregulares» que se pudieron cometer, pero defendió con ahínco el modelo de Cajas, que en Castilla y León llegó a copar «el 70%» del negocio financiero de la Comunidad y tenía «una función» distinta a la de los bancos y del que se beneficiaba «la sociedad».

Tras reconocer que Juan Vicente Herrera «me informaba de la situación» porque «de lo contrario no hubiera firmado el acuerdo», defendió la expresión de «músculo financiero» acuñado en aquellos momentos «porque todos sabemos lo que quería decir».

López acabó su comparencia asegurando que «todos perdimos» al no salir adelante aquella operación, al tiempo que deseo a los grupos políticos «mucho suerte para hacer Comunidad» y que en el caso de las Cajas «no fue posible» por sus «fuertes raíces provinciales»

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