Confinados y sin doblegar al virus

Las tasas de positivos siguen elevadas en Pedrajas e Íscar (Valladolid) tras casi un mes cerrados y en Miranda de Ebro (Burgos) son las altas de la Comunidad

Crivado masico de pruebas de Covid el pasado domingo en Pedrajas de San Esteban EP

Isabel Jimeno

Tres semanas llevan ya en Íscar y Pedrajas de San Esteban sin poder salir ni recibir visitas por la alta incidencia que el Covid-19 vuelve a tener en estas localidades vallisolentas, y aún les resta al menos otra más para decir adiós al confinamiento perimetral. Fueron las primeras de Castilla y León en dar un paso atrás, allá por el mes de agosto, una vez levantado el estado de alarma tras dispararse los contagios y las primeras que han vuelto al aislamiento. El más largo, además, de los decretados hasta ahora por la Junta. Tras fijarlo en 14 días desde el 19 de septiembre, lo tuvo que prorrogar una semana más a partir del 3 de octubre y desde el día 10 van camino del mes de cierre.

Y aún así, los nuevos casos no paran de aflorar entre sus más de 9.000 vecinos. La incidencia, sobre todo en Pedrajas de San Esteban, reconocía el pasado jueves la consejera de Sanidad, Verónica Casado, seguía siendo «elevada». La Zona Básica de Salud en la que se encuentran ambos municipios vecinos –incluye más pueblos– presentaba aún este domingo y tras más de tres semanas de confinamiento una tasa de incidencia de casi 889 casos por cada 100.000 habitantes –por encima del umbral de 500 para decretar el confinamiento acordado para las grandes ciudades–. En los últimos 14 días, ya con el aislamiento ratificado por el juez en vigor, han sumado un centenar de positivos nuevos más.

Dos semanas más

Y al menos otros 14 días más de aislamiento les restan a los más de 35.000 habitantes de Miranda de Ebro. La localidad burgalesa ha consumido las dos primeras semanas de cierre con un ligero descenso de los positivos, pero aún con una elevada tasa de contagios. Entre las dos áreas sanitarias, han sumado más de 500 casos nuevos diagnosticados en los últimos catorce días, lo que sitúa la tasa de incidencia en torno a 1.300 por cada 100.000 habitantes. Es la más elevada, con diferencia, de Castilla y León. Más del doble incluso que la de Palencia, una de las dos capitales también confinadas en la última semana.

Aunque no del mismo modo, ya antes de decretarse a nivel nacional el estado de alarma en marzo, Miranda ya había comenzado a vivir su confinamiento ante el despegue de casos en la segunda localidad más importante de la provincia de Burgos. En los meses sin movilidad, contuvo al virus, que ahora ha vuelto a despegar sin encontrar aún el pedal del freno.

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