El Carpio de Tajo

A prisión tras maniatar, amordazar y robar a una anciana en su casa: «¡Córtale la oreja, pínchala; que hable!»

«Le taparon la boca con una toalla y la tiraron contra un sillón», relata un hijo a ABC

Úrsula, de 75 años y asmática, estuvo ingresada tres días en un hospital después del asalto: «Estuvo a punto de morir»

Uno de los detenidos es conducido a un furgón / Vídeo del arresto de los cuatro individuos Guardia Civil

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«Mi madre, físicamente, está bien; lo que no sabemos es cómo va a responder psicológicamente cuando se quede sola en casa». Lo cuenta Pedro Antonio, hijo de Úrsula, una anciana de 75 años que la pasada semana vivió en su casa, en El Carpio de Tajo (Toledo), una experiencia terrorífica a manos de cuatro delincuentes, ya en prisión. « La amenazaron con pincharla, con matarla, con cortarle una oreja y hasta con quemar su casa. Le hicieron una auténtica burrada, perrerías» , resume Pedro Antonio. Charla con ABC poco después de que la Guardia Civil haya difundido este jueves la resolución de este caso, que ha conmocionado a un pueblo de 1.800 habitantes.

20 de abril, calle Refugio, sobre las tres de la tarde. El marido de Úrsula se marcha para ir a la granja de un hijo y la mujer se queda sola en casa. «Los individuos estaban esperando a que mi padre se fuera» , asegura Pedro Antonio. Dos sujetos, españoles de 18 y 39 años, esperan fuera, en un coche Volkswagen Golf granate, y otros dos, un guineano de 21 y un marroquí de 27, llaman a la puerta. Úrsula abre y ellos le dicen que van de parte de un nieto suyo. «Venimos a por huevos» , se excusan antes de pedir un vaso de agua.

La anciana da de beber a los dos individuos, que se identifican entonces como policías. Conminan a Úrsula, asmática, a que entre en la casa y, en el cuarto de estar, le atan las manos a la espalda y los pies, además de taparle la boca con una toalla. «La tiran contra un sillón y la amenazan con pincharla, con matarla y con cortarle una oreja» , según ha contado Úrsula a Pedro Antonio. «Ella escucha cómo el marroquí dice al guineano: 'Pínchala, que hable; pínchala, que hable!», rememora su hijo.

En otro momento, «le quitan las ataduras de los pies, le atan las manos por delante y la encierran en una habitación. Ella, aterrorizada, oye decir varias veces: '¡Quema la casa con ella dentro'! ». Los dos individuos registran la casa en busca de joyas y dinero, pero «apenas se llevan nada». Salen huyendo con una cadena de oro que llevaba Úrsula al cuello, otra cadena, unos gemelos, 90 euros y su cartera con el DNI y la tarjeta del médico, enumera Pedro Antonio.

Cuando deja de oír ruidos, Úrsula se quita la atadura de las manos y corre al garaje, donde se oculta debajo de una mesa. Desde allí, telefonea con su móvil a su marido y al servicio de emergencias 112.

La pista del coche

La Guardia Civil recibe un aviso, monta un dispositivo y alerta a las patrullas de la zona. Se facilitan las características de los delincuentes, que han huido en un coche domiciliado en Chozas de Canales, a 50 kilómetros al norte de El Carpio de Tajo. Precisamente, dos agentes del puesto de Valmojado se dirigen hacia esa población de la comarca de La Sagra porque creen conocer a los ladrones.

Pocos minutos después, esta patrulla detiene la marcha de un vehículo cuyas características coinciden con las del utilizado en la fuga. Identifican a sus cuatro ocupantes, todos hombres, tres de ellos con numerosos antecedentes delictivos. Los agentes también inspeccionan el interior del vehículo, donde hallan dinero y las joyas sustraídas a Úrsula.

A su nieto le cuentan lo que le ha sucedido a su abuela, el joven sufre un ataque de nervios y tiene que ir al hospital, junto a esta. «Mi sobrino las pasa putas, putas, porque se preguntaba: ¿Cómo va a hacer una cosa así contra su abuela? ¡Es impensable!» , rememora su tío Pedro Antonio.

Dos días después, el 22 de abril, los cuatro delincuentes ingresan en la cárcel por orden del titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Torrijos. Prisión provisional y sin fianza como presuntos autores de tres delitos: robo con violencia en casa habitada, lesiones y usurpación de funciones públicas e instrusismo al identificarse como policías.

Úrsula, a la que las ataduras le han dejado moratones en ambas muñecas, permanece ingresada tres días en el Hospital Virgen de la Salud de Toledo, dos de ellos en la UCI. « Estuvo a punto de morir por problemas de corazón; pasó un susto muy grande. Cosas que ves en una película y que no piensas que te van a pasar», dice su hijo. «Cuando regresó del hospital, me contó cómo pasó mientras ella y mi padre lloraban. A ver ahora, psicológicamente, cómo vienen los días. Que te amenacen de muerte en tu casa es un trauma», concluye Pedro Antonio.

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