Caen tres 'mercaderes' de la Cañada Real Galiana por 28 delitos en gasolineras, gimnasios e iglesias de Toledo y Madrid
Asentados en Camarena, daban salida rápidamente a sus botines en el asentamiento ilegal madrileño
No llegaron a alcanzar la treintena de delitos, cuyos botines acababan inmediatamente en la Cañada Real Galiana de Madrid para darles salida más pronto que tarde. La Guardia Civil les paró los pies a mediados de noviembre en la puerta de su casa, pero su detención no se ha conocido hasta este lunes, después de haberse cerrado la investigación y entregado a sus propietarios seis coches sustraídos.
Los tres españoles detenidos, de entre 30 y 36 años, deberán responder ante la Justicia por la presunta comisión de 28 delitos contra el patrimonio y la pertenencia a un grupo criminal. Entre sus fechorías, cometidas en las provincias de Toledo y Madrid, hay hurtos en centros religiosos, robos en gasolineras y gimnasios , además de la sustracción de vehículos a motor .
Precisamente el robo de un turismo en Las Ventas de Retamosa el 28 de octubre, perpetrado por dos individuos, fue el origen de esta operación, denominada Camtacar. La investigación llevó a los agentes del puesto de Valmojado a una conclusión: eran los mismos delincuentes, con la ayuda de un tercero, que habían asaltado tres días después una gasolinera en ese pueblo de la comarca de Torrijos.
Fue la Policía local de Las Ventas de Rematosa la que confirmó a los investigadores de la Guardia Civil quiénes eran los presuntos integrantes de este grupo criminal, asentado en la vecina localidad de Camarena, a siete kilómetros de distancia. Además, estaban relacionados con la autoría del robo con fuerza en la estación de servicio de Las Ventas de Retamosa la madrugada del 31 de octubre. Era parte de su 'modus operandi', ya que sustraían un vehículo para usarlo en otro delitos.
Las pesquisas fueron atribuyéndoles más fechorías, hasta sumar 28 delitos contra el patrimonio. Hurtos en centros religiosos, gasolineras o gimnasios, así como la sustracción de siete automóviles, de los que la Guardia Civil ha podido entregar seis a sus legítimos dueños, ya que uno estaba calcinado. No obstante, se les podría acusar finalmente de hurto de uso de vehículos a motor, puesto que se habrían apropiado de los automóviles sin violencia y sin el ánimo de quedarse con ellos, con lo que la pena sería muy inferior.
Además de golpes en Las Ventas de Retamosa, a los detenidos se les acusa de acciones delictivas en Casarrubios del Monte (Toledo) y en las localidades madrileñas de Fuenlabrada, Móstoles y en el barrio madrileño de Carabachel. También metieron sus manos en las taquillas de un gimnasio de Arroyomolinos, en una guardería y en iglesias de Alcorcón, así como en centros religiosos del barrio madrileño de Batán. De esos lugares se llevaban bolsos o mochilas con documentación, objetos de valor y las llaves de los vehículos que luego robaban para cometer más delitos.
La terna fue sorprendida en varias ocasiones antes de ser detenidos, pero lograron huir a gran velocidad, y de forma temeraria, en dirección Madrid. Justamente a sus botines les dan salida de inmediato en la Cañada Real Galiana, por lo que no guardaban efectos de valor en ningún domicilio. También realizaban operaciones con las tarjetas de débito o de crédito que encontraban entre las pertenencias sustraídas, como le sucedió al dueño del coche robado en Las Ventas de Retamosa. O entregaban una tarjeta bancaria para que un empleado les habilitase el surtidor de combustible para repostar en las gasolineras, de donde huían rápidamente tras llenar el depósito.
Pero el crédito se les terminó a mediados de noviembre. La Guardia Civil montó un dispositivo en la calle de Camarena donde vivían. Se los detuvo cuando volvían al domicilio después de cometer varios robos dentro de vehículos estacionados en un aparcamiento de Renfe en Fuenlabrada, donde se recuperó otro automóvil sustraído.
No ha trascendido si los tres detenidos quedaron en libertad con cargos o ingresaron en prisión , de manera provisional, después de comparecer en un juzgado de Torrijos.
