Tania Fornieles: el arte de interpretar con un brazo en cabestrillo

La actriz representó «Último tren a Treblinca» en el Teatro de Rojas de Toledo solo 45 minutos después de que el hombro derecho se le dislocara

Tania Fornieles, esta mañana Mónika Zumeta
Manuel Moreno

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A Tania Fornieles (San Sebastián, 1990) su hombro derecho, su brazo bueno, le jugó una mala pasada este viernes. Ocurrió antes de representar «Último tren a Treblinca» en el Teatro de Rojas de Toledo . A las ocho de la tarde iba a comenzar la función, pero tuvo que ser retrasada por una causa de fuerza mayor. A Tania se le había salido su hombro derecho cuando corría hacia el escenario. Eran las siete y media, apenas sin tiempo para reaccionar.

Sin embargo, todo el personal del teatro respondió de inmediato. Adolfo Cano , responsable de comunicación del Rojas, localizó al fisioterapeuta Pablo García , quien estaba comprando en un centro comercial de la ciudad. Este profesional se puso a disposición de Tania, que fue trasladada en un automóvil hasta la clínica del fisioterapeuta, a unos quince minutos en coche del teatro. Allí la actriz fue manipulada por Pablo García en un tiempo récord, mientras al público se le anunciaba que la obra iba a sufrir un retraso de veinte minutos por el imprevisto. El respetable, muy compresivo, aguardó el comienzo de la obra.

Con el brazo en cabestrillo, más de uno pensó que Tania no podría representar su papel. Sin embargo, la actriz le echó arrojo, regresó en coche al teatro y, sin descanso, salió al escenario.

Y Tania, a pesar de los dolores y del brazo en cabestrillo, se metió en el papel de Miriam, una niña que en la obra se enamora, lucha y es una echada para adelante. Tanto como Tania, que también tuvo que correr, bailar, saltar y tocar tres instrumentos musicales durante noventa minutos. A lumnos de interpretación del IES Princesa Galiana de Toledo que asistían a la función tuvieron una clase magistral de amor por una profesión, el de Tania por el teatro.

Este sábado «la Fornieles», que empezó con 21 primaveras a estudiar interpretación, saltará al escenario en Móstoles (Madrid) y mañana en Torrejón de Ardoz. Y volverá a hacerlo, pese a los dolores, con su brazo derecho inflamado en cabestrillo. Como las actrices de pura raza. Porque esta joven de San Sebastián, que no de Bilbao aunque muchos lo hayan pensado, no es la primera vez que debe sobreponerse a graves molestias.

Ya le sucedió durante un viaje en un barco por Malta. Al caer de espalda se dañó tres vértebras y Tania llegó a tener el cuerpo paralizado. Sin embargo, «mágicamente» como ella dice, se le recolocaron más tarde y a los diez días tuvo que representar «Último tren a Treblinca» algo maltrecha. Pero Tania ama esta profesión, de la que lleva viviendo dos años. «¡Es tan bonita, la necesito para respirar, es como oxígeno!», exclama una actriz, «la Fornieles», con mucho arte.

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