Sylvia González, la voz que seduce con sus cuentos eróticos

La actriz toledana está de gira con su última obra, «Sexo oral», un montaje «innovador»

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La trayectoria teatral de Sylvia González, nacida en Toledo, comenzó siendo una niña, cuando descubrió que el teatro le «fascinaba» mientras compartía esa vocación con los juegos típicos de su edad.

Años más tarde, se convirtió en una de las alumnas de la extinta Escuela del Teatro del Rojas, donde estuvo cuatro años, siempre con el apoyo y respaldo de sus padres. «Ellos pensaron que era una afición para matar el tiempo. Nunca llegaron a imaginar que podría ser mi profesión», afirma la actriz, para puntualizar que «mis padres han estado siempre muy orgullosos de lo que hago, aunque dependiendo de la temática se sienten más o menos cómodos», responde entre risas.

Cuando terminó su formación en la Escuela del Rojas, creó en 1999 su propia compañía, «Envido a pares Teatro», con la que montó su primera pieza, «Al otro lado», del autor madrileño Antonio de la Fuente Arjona.

Eran cinco actores bajo la dirección de Luis González Carreño, quien había sido su profesor en el Rojas.

Sylvia González
Sylvia González

Con esa obra estuvieron dos años en cartel, con unas críticas «maravillosas», afirma la actriz, para explicar que este montaje hablaba de la eutanasia a través de la locura. «Era un espectáculo bastante comprometido, porque se interpretaba a gente encerrada en un psiquiátrico», con lo que «queríamos hacer una crítica a esos centros de internamiento».

Tras este espectáculo, el grupo montó el café teatro «Pía María», un montaje con música en directo que abordaba la liturgia, en clave de humor, porque era un personaje femenino el que sustituía al párroco. «La protagonista tenía que dar la excusa de que su tío, que era el sacerdote, estaba enfermo», afirma la actriz entre risas, para recordar que el público se convertía en los feligreses que habían ido a la misa.

Después de recorrer diversos escenarios con sus obras, Sylvia González decidió trasladarse a Madrid, ciudad en la que estuvo viviendo un par de años. Pero la morriña la llevó a volver hace tres años a Toledo, su ciudad natal, para retomar su carrera de actriz. Las cosas no estaban a su favor, debido a la crisis económica, y comprendió que ya no podría realizar montajes de medio formato. «Entonces recordé que tenía una asignatura pendiente con la narración oral y además con contar cuentos eróticos. Eso era lo que realmente me apetecía».

Así que, a partir de ese momento, se dedicó a organizar el repertorio, a leer y a escribir. De este proceso creativo surgió, en abril de 2013, «Sexo oral», un espectáculo que estrenó en el centro Espacio Despacio, «con bastante éxito de público y de crítica». En este montaje, ella se sube al escenario como única protagonista para ser una narradora que seduce al público con sus palabras y sus relatos eróticos.

Espectáculo fetiche

La actriz toledana rememora que el nombre del espectáculo, «Sexo oral», surgió de su deseo de narrar cuentos eróticos utilizando la palabra para hablar de sexo. Y de ese juego de vocablos surgió el título del montaje. La experiencia ha sido positiva porque el público que acude a ver su obra «es muy respetuoso», señala.

En el repertorio de «Sexo Oral» hay cuentos de Isabel Allende, Quim Monzó y Mercedes Abad, además de escritores menos conocidos, como Alfredo Becker o Eusebio González Quevedo, y algún relato que ella misma ha escrito.

En el futuro y, para ayudar a que este espectáculo sea «redondo y se mantenga vigente», va a incorporar un cuento de temática gay que ha escrito para ella su exprofesor Antonio de la Fuente Arjona. «Con esta inmersión literaria he conseguido crear diferentes personajes, con un lenguaje bastante coloquial y sin ser vulgar», subraya. «Lo que quiero es que el público entienda lo que estoy narrando».

La actriz reconoce que esta obra se ha convertido en su espectáculo «fetiche» porque el público ha respondido. «Son personas que están acostumbradas a escuchar cuentos, han leído y saben que existe una literatura erótica», explica. «Lo que les sorprende y, a veces me lo dicen, es que soy muy valiente porque es raro oír a una mujer hablando abiertamente de sexo». Pero ella insiste en que estamos en el siglo XXI y que «nadie se debe sorprender porque una mujer hable de erotismo».

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