Llega al Rojas «Fresa y chocolate», un canto al amor en tiempos revueltos

El montaje, dirigido por Alberto Alfaro, se podrá ver este viernes en el Teatro de Rojas y el sábado, en la sala Thalía del polígono

Un momento de la representación de «Fresa y chocolote» ABC
Francisca Ramírez

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Han pasado más de 25 años desde que los espectadores pudimos contemplar en el cine una imagen icónica que se nos quedó grabada para siempre en la memoria. Era la llegada de David se sienta en una emblemática heladería de la Habana (Cuba), éste estudiante no es consciente que su vida va a cambiar para siempre. Así arrancaba la película «Fresa y chocolate» , escrita por Senel Paz y llevada al cine por el realizador Tomás Gutiérrez Alea.

Esta obra, una joya de la cinematografía de América Latina, llega a las tablas del Teatro de Rojas (viernes a las 20.00 horas) y a la Sala Thalía (sábado a las 20.00 horas), en versión de Alberto Alfaro, dentro del ciclo de Teatro Contemporáneo del coliseo toledano.

Los espectadores van a poder disfrutar de la versión teatral de «Fresa y chocolate» que interpretan, entre otros, Manuel Menárguez, José Francisco Ramos y Alejandro Valenciano, encargados de dar vida a David y Diego y responsables de mostrar, como a pesar de mantener diferencias ideológicas y personales, la amistad se impone ante tantos prejuicios sociales.

«Fresa y chocolate», que estuvo nominada al Óscar a mejor película extranjera en el año 1993 y consiguió varios premios Goya, mostraba las actitudes del régimen cubano, dejando patente que esa historia de no amor entre dos hombres, no era posible a pesar de la apertura que mostraban por aquellos años los hermanos Castro. También sirvió como lanzamiento de uno de sus actores a nivel mundial, Jorge Perrugoría.

El amor en tiempos revueltos

La película de Gutiérrez Alea arranca cuando Diego se sienta en la mesa de una heladería emblemática de La Habana, supuestamente por casualidad, la vida de David cambiará para siempre. Diego es un homosexual de carácter y seguro de lo que quiere de la vida y de cómo lograrlo. Por eso cree que David va a caer en sus encantos, como muchos de los jovencitos locales y los turistas que pasan por su casa. En realidad sabemos que lo que él busca es alguien que de cierta manera lo contenga.

David, por su parte es un militante, revolucionario, que muchas veces apunta con el dedo acusador a la diferencia y elección sexual de Diego. La unión de ambos es imposible pero con el paso del tiempo esta relación cambiará por siempre la vida de ellos dos. Lo interesante de esta pieza teatral, y de la película, es la alegría, la esperanza que ponen cada uno de ellos, en especial ese querido y entrañable personaje representado en Diego, que vuelve este viernes a Toledo.

La aportación que realiza «Fresa y chocolate» es desvelar como la amistad se convierte en el elemento primordial y en la fuerza que une a un homosexual y a un joven comunista. Aunque también pone sobre la mesa un debate público que fue tabú durante mucho tiempo: el homosexualismo.

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