Marañón pasea por el Cigarral de Menores
Marañón pasea por el Cigarral de Menores - A.P.Herrera
DÍA DE CASTILLA-LA MANCHA

Marañón: «Voy a continuar haciendo por Toledo todo lo que esté a mi alcance»

Este martes recogerá la Medalla de Oro de la Región, un reconocimiento a su ya dilatada trayectoria de trabajo por la cultura

Toledo Actualizado: Guardar
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El año pasado, por estas fechas, se conocía que el Gobierno regional, presidido entonces por María Dolores de Cospedal, concedía la Medalla de Plata Conmemorativa de Castilla-La Mancha a la Fundación El Greco 2014 por su contribución a la difusión de la cultura y «la promoción de nuestra tierra».

-¿Qué significó para usted aquel reconocimiento y qué significa el que recogerá el próximo 31 de mayo: la Medalla de Oro de la región?

-Como es natural, he agradecido muy especialmente la concesión de la Medalla de Oro por todo lo que representa. La manera en que se ha tramitado y comunicado, y su propia entidad, difiere mucho de la medalla del año pasado y responde sin duda a dos valoraciones distintas de lo que supuso el Año del Greco y el esfuerzo de su organización.

-El Gobierno de Castilla-La Mancha, que es el que concede la medalla, lleva casi un año presidido por Emiliano García-Page. ¿Ha notado algún cambio en la manera de gestionar la cultura?

-De las veinte distinciones que se han concedido, nueve reconocen el mérito en el ámbito de la cultura, y este significativo dato pone de relieve lo mucho que representa para el Gobierno actual.

-Recientemente se produjo un relevo al frente de la Consejería de Educación y Cultura, siendo ahora su titular Ángel Felpeto. ¿Le parece buena elección que la cabeza visible que gestiona los asuntos culturales sea Felpeto?

-Ángel Felpeto reúne todas las condiciones para ser un magnífico consejero de Educación y Cultura, incluyendo entre ellas el hecho significativo de que por razones personales no deseara el puesto, y que haya aceptado sólo por su sentido de la responsabilidad y su compromiso con la región. Siento por él un aprecio y un afecto muy grandes, y comprendo la excelente acogida que su nombramiento ha tenido.

-¿Considera, como muchos ciudadanos hacen, que los políticos siguen centrados en sus cosas, en sus batallas partidistas, en sus alianzas para mantenerse en el poder, y que la cultura sigue esperando en el salón de los pasos perdidos?

-Tengo por los buenos políticos, que son muchos, el mayor de los respetos, y sólo les pido que en esta hora tan difícil para nuestro país dialoguen más y sean capaces de pactar con generosidad. La vida pública tiene que recuperar el prestigio perdido para el buen funcionamiento de nuestra democracia.

-España lleva sin Gobierno desde diciembre. ¿Puede haber influido eso en la pobre programación del Año Cervantes, con la que usted ha sido muy crítico?

-Sinceramente, no, pues tendría que haber estado todo organizado antes del año 2016. Estas conmemoraciones no se pueden improvisar, y para ello hay que prepararlas con tiempo y, por supuesto, con ambición de excelencia.

-¿Qué previsión puede hacer del próximo Gobierno? ¿se logrará conformar alguno estable tras las

-Los españoles hemos votado desde el año 1977 de manera muy razonable, elección tras elección, y estoy seguro de que así va a suceder el 26 de junio. Parece que la participación va a bajar y que la alianza de Izquierda Unida y Podemos obtendrá algún rédito en escaños, no porque su número de votantes se incremente sino por la aplicación de la Ley Electoral. Con todo, no preveo un resultado muy distinto del anterior. Es de esperar que, en esta ocasión, los políticos sean capaces de pactar primero las reformas que nuestro país necesita y de conformar inmediatamente un gobierno que las pueda llevar a cabo. Lo que más me preocupa es que en estos momentos apenas hay puentes de diálogo entre unos y otros.

-¿Qué sobra y que falta en la política española en estos momentos?

-Falta voluntad de diálogo y de pacto, como consecuencia de un análisis equivocado de la realidad política en la que estamos. La regeneración de la vida pública, paliar la brecha social generada por la crisis, concluir el proceso de descentralización que la Constitución de 1978 dejó abierto, abordar la cuestión catalana, reequilibrar el déficit y la deuda pública sin afectar al crecimiento, requieren un acuerdo que conforme una nueva y amplia mayoría de consenso en torno a las necesarias reformas.

-El Año Greco que le tocó liderar fue ejemplo de previsión, organización, coordinación y amor por el trabajo bien hecho. Imagino que le habrá dejado cierta nostalgia, ahora que ya no existe la Fundación El Greco 2014 y que Toledo está inmersa en otras celebraciones, como la Capitalidad Gastronómica. ¿Considera que ya ha hecho todo lo que debía hacer por Toledo? ¿qué debería hacer la ciudad por sí misma?

-Sigo participando activamente en la Real Fundación de Toledo, que ahora preside Juan Ignacio de Mesa. El reciente Premio concedido por las ciudades Patrimonio de la Humanidad, supone un reconocimiento de lo que esta institución ha hecho y puede seguir haciendo por la ciudad. Por supuesto, voy a continuar haciendo por Toledo todo lo que esté a mi alcance, desde esa sociedad civil que tenemos que potenciar.

-Precisamente, a finales de 2016 se conmemoran los 30 años de la declaración de Toledo como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. ¿Cómo lo organizaría usted, qué diría si le piden consejo?

-No me lo había planteado. Supongo que se está preparando adecuadamente esta conmemoración, aunque, como suelo repetir, lo más importante que Toledo tiene planteado es cómo mejorar la gestión cotidiana de su propio Patrimonio. Citaré sólo tres cuestiones que requieren una urgente definición: lo referente a sus museos, la Vega Baja y la protección del Patrimonio de los conventos de clausura.

-¿En qué sentido habría que definir estos tres ámbitos que cita?

-Resumidamente, en cuanto a los museos, la configuración de un Museo Nacional del Greco a la altura de nuestro tiempo y de la figura del pintor, el destino de San Marcos, el proyecto de Santa Fe y de Santa Cruz, la reapertura del Museo de Arte Contemporáneo; en cuanto a la Vega Baja, planificar de forma integral su futuro urbano, culminar su protección para preservar ese paisaje histórico, y su yacimiento arqueológico, adecentando el lugar e, incluso, creando un parque abierto a la ciudadanía en lo que no se vaya a excavar de inmediato, y agrupar todos los estudios arqueológicos hechos de manera fragmentada hasta ahora; y en cuanto a los conventos de clausura, proteger jurídicamente su patrimonio mueble y documental, con las correspondientes declaraciones, y estudiar con la Iglesia los usos futuros de su patrimonio inmueble.

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